El gobierno de Perú extendió el jueves hasta el 10 de mayo la cuarentena obligatoria luego de que el colegio médico sugirió la necesidad de prorrogarla porque el país se encuentra “en un momento de gran transmisibilidad” del nuevo coronavirus.
En tanto, el Ministerio de Justicia planifica la liberación de unos 3,000 presos en las hacinadas cárceles del país, sobre todo convictos ancianos y reclusas con bebés o embarazadas, para evitar la propagación de la enfermedad.
El gobierno del presidente Martín Vizcarra publicó en la gaceta oficial El Peruano las condiciones que los presos deben cumplir para obtener este beneficio. La más importante es no haber cometido delitos graves.
Las 68 cárceles, con un hacinamiento de 138%, son los lugares perfectos para la transmisión del nuevo coronavirus de acuerdo con los epidemiólogos. Hasta ahora en Perú han muerto 13 presos y 500 están infectados del total de 572 fallecimientos y 20,914 contagios de COVID-19.
Los indultos se realizarán de forma paulatina conforme se revise cada caso, según la agencia penitenciaria estatal.
Los presos poderosos que no están sentenciados, pero que son investigados en grandes casos de corrupción, han aprovechado la ocasión para pedir su excarcelación.
César Villanueva, un ex primer ministro del presidente Vizcarra, logró su cometido a inicios de mes; mientras Keiko Fujimori, la encarcelada líder del partido opositor Fuerza Popular, tramita un pedido de liberación que también solicitó para su padre preso, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
Keiko es investigada por supuestamente recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y su padre está condenado a 25 años por asesinato.