Poco a poco, varios gobiernos de América Latina han comenzado a reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, un país sumido desde años en una crisis económica y política que ha obligado a cientos de miles a huir.
Tras la decisión de Guaidó de autonombrarse presidente encargado de Venezuela, el primer país latinoamericano en reconocerlo fue Paraguay, luego de que Estados Unidos también le diera su respaldo.
“Paraguay expresa su apoyo al presidente encargado de Venezuela”, señaló en su cuenta de Twitter el presidente paraguayo Mario Abdo. “Cuenten con nosotros para abrazar de nuevo la libertad y la democracia”.
La primera excepción fue México, la segunda mayor economía de Latinoamérica, cuyo nuevo gobierno decidió mantener su apoyo al mandatario Nicolás Maduro bajo el argumento de que prefiere conservar una posición de neutralidad. Horas después, Bolivia también anunció su apoyo a su aliado Maduro.
México, donde en diciembre asumió un nuevo gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, se mostró más precavido. El portavoz Jesús Ramírez Cuevas dijo que “hasta el momento no hay ningún cambio en sus relaciones diplomáticas con ese país ni con su gobierno”.
En declaraciones a la televisora Milenio, Ramírez adelantó que México sigue reconociendo a Maduro como presidente legítimo. No obstante, añadió que “mantenemos nuestra postura de neutralidad en el conflicto en Venezuela”.
En lo inmediato no hubo ninguna declaración de Cuba, el principal aliado de Maduro en el continente.
El presidente Ecuatoriano manda un mensaje al pueblo de Venezuela.
Brasil, la mayor economía latinoamericana, apoyó a Guaidó, quien tras asumir hace unas semanas la presidencia de la Asamblea Nacional se convirtió en la figura más visible de la oposición venezolana.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo que la nación “reconoce al Sr. Juan Guiadó como presidente a cargo de Venezuela” y trabajará con su vecina nación para lograr hacia la democracia y la paz social”.
Desde Suiza a donde se encontraba en viaje de trabajo, el gobernante colombiano Iván Duque también aceptó al opositor Guaidó.
“Quiero expresar que Colombia reconoce a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y acompaña este proceso de transición hacia la democracia para que el pueblo venezolano se libere de la dictadura”, señaló.
La vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, quien estaba en Suiza con Duque expresó su acuerdo con Guaidó. Guatemala hizo lo mismo mediante un comunicado.
En un desafío abierto al presidente Nicolás Maduro, quien recientemente fue reelecto para la primera magistratura, Guaidó encabezó una ceremonia de juramentación de sí mismo como presidente encargado, al tiempo que fue reconocido por el titular de la Casa Blanca Donald Trump en un comunicado.
Al explicar las razones que lo llevaron a asumir las competencias del Ejecutivo, Guaidó afirmó que lo hacía para lograr el “cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres”, y para recuperar la vigencia de la constitución, que la oposición asegura que ha sido vulnerada por el presidente Nicolás Maduro.
Maduro, por su parte, anunció la ruptura de relaciones con Estados Unidos, al cual su gobierno acusó de estar detrás de la autoproclamación de Guaidó.
Uno de los principales funcionarios de Maduro, el canciller Jorge Arreaza repudió el apoyo de algunos países al líder opositor.
“Como era de esperarse: después que el dueño del circo imperialista se pronuncia, proceden sus subordinados payasos a hacer lo propio. En Venezuela hay un Pueblo, una Constitución, instituciones democráticas, una Fuerza Armada Nacional Bolivariana y un Presidente: @NicolasMaduro”, señaló Arreaza en Twitter.
El ministro de la Defensa de Venezuela, general en jefe Vladimir Padrino López, afirma que los militares venezolanos “no aceptamos a un presidente impuesto a la sombra de oscuros intereses ni autoproclamado al margen de la Ley”.
Agregó en su cuenta de Twitter que la fuerza armada defiende la constitución y es garante de la soberanía.
Legisladores de Rusia, un país que tiene relaciones cercanas con Venezuela, criticaron al presidente estadounidense Donald Trump por haber reconocido a un político de oposición que se declaró el presidente encargado de la nación sudamericana.
“Creo que en esta situación en desarrollo, Estados Unidos trata de llevar cabo una operación para organizar la siguiente revolución de color en Venezuela”, comentó Andrei Klimov, quien es vicepresidente de la comisión de asuntos exteriores de la cámara alta del Parlamento, a la agencia de noticias estatal RIA-Novosti. La “revolución de color” es un término ruso para referirse a los golpes de Estado que derrocaron a mandatarios en Georgia, Ucrania y Kirguistán.
“No creo que podamos reconocer esto. Esto, en esencia, es un golpe de Estado”, señaló Vladimir Dzhabrailov, otro miembro de la comisión, de acuerdo con la agencia Interfax.