La administración de Donald Trump inició con el plan para que solicitantes de asilo en Estados Unidos esperen la conclusión de su trámite en territorio mexicano. Prácticamente al mismo tiempo, México anunció que frena el programa de concesión de visas humanitarias con el que estaba recibiendo a los centroamericanos a la vez que ampliará ciertas visas temporales para que hondureños y salvadoreños puedan estar y trabajar en los estados del sur del país, lo que para algunos expertos permitirá evitar que muchos lleguen a la frontera norte.
El comisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, hizo ese anuncio el lunes por la noche en Chiapas, estado fronterizo con Guatemala. Horas después, en el primer día del programa piloto, Carlos Gómez, un hondureño de 55 años que había pedido refugio en Estados Unidos fue retornado a Tijuana desde San Diego. Según las autoridades mexicanas, entró a México con la caravana del año pasado.
Las autoridades mexicanas están preocupadas por el alcance de esta medida unilateral de la administración Trump. México se ha mostrado dispuesto a aceptar a los migrantes que les sean devueltos aunque esto incrementará la presión migratoria en las ciudades mexicanas fronterizas donde se aplique.
El portavoz de la Cancillería mexicana, Roberto Velasco, aseguró el viernes pasado que las autoridades estadounidenses les informaron que comenzaría con grupos de 20 personas que cruzarían por el paso de San Ysidro, en Tijuana, y que la medida se extendería a otros puntos fronterizos. México, según Velasco, no aceptaría menores no acompañados ni personas con problemas de salud y los casos de familias se estudiarían de forma individual.
Debido a la falta de espacio y a un límite judicial de 20 días para mantener detenidos a niños, las familias normalmente son puestas en libertad con un aviso para que se presenten ante una corte de migración, pero como hay un retraso de más de 800.000 casos, eso puede llevar años.
De acuerdo a datos del INM, en las últimas dos semanas casi 12.600 migrantes han solicitado visa humanitaria. El gobierno ya se la concedió a casi 4.000 personas y tramitará el resto de solicitudes pero no aceptará más de momento. Además, en torno a 3.000 integrantes de las caravanas de finales de 2018 disfrutan del mismo permiso.