Con su hija de año y medio en brazos, Juan Guaidó fue contundente: a su familia no la van a quebrar ni intimidar.
Mientras su pequeña Miranda interrumpía el mensaje que el líder opositor venezolano daba el jueves a la prensa, sus vecinos y otros simpatizantes le gritaban “¡bravo!” y aplaudían.
Guaidó, quien estaba acompañado de su esposa Fabiana y su abuela paterna, denunció poco antes que las fuerzas de seguridad de Venezuela se habían presentado en el apartamento de su esposa que ambos comparten en el este de Caracas para intentar intimidarlo.
“El objetivo es muy evidente y el objetivo es evidente que no lo lograron” manifestó el también presidente de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición.
En una declaración en Twitter, el Comandante General de la Policía Nacional, Carlos Pérez Ampueda, negó que agentes de ese organismo hayan ido a la casa de Guaidó y desestimó el incidente, catalogándolo de “totalmente FALSO”.
Cuando Guaidó denunció las amenazas, presentaba ante seguidores un plan con el que busca rescatar a Venezuela de su grave crisis económica. Aseguró que su hija estaba en el apartamento y que la policía pareció abandonar el lugar poco después de su llegada. Varias decenas de personas del sector, algunos golpeando cacerolas, se apresuraron de inmediato al frente del edificio Yacambu, localizado en un barrio de clase media de la capital, para respaldar a Guaidó.
Desde las ventanas del edificio, los vecinos sacaron banderas venezolanas en señal de apoyo.
El incidente se produjo horas después de que el Parlamento Europeo llamase a los estados miembros de la Unión Europea (UE) para que reconozcan a Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Guaidó se autodeclaró presidente interno argumentando que Nicolás Maduro asumió un segundo mandato de seis años tras unos comicios que muchos consideraron ilegítimos y por ello representarían una usurpación del cargo. Maduro, por su parte, sostiene que fue elegido en elecciones libres y acusa a Washington, a la UE y a la mayoría de los países latinoamericanos de orquestar un golpe de Estado al respaldar a Guaidó e imponer sanciones petroleras punitivas.