Tom Brady y los Patriots tendrán siempre en la memoria el momento en que ganaron su sexto campeonato. De la manera en que lo consiguieron, tal vez sean los únicos que quieran recordarlo.
Sony Michel anotó en carrera de dos yardas a mitad del cuarto periodo, Julian Edelman el Más Valioso del Super Bowl sumó 10 recepciones para 141 yardas y la defensiva de los Patriots haría el resto en la victoria 13-3 sobre los Rams de Los Ángeles.
El resultado no fue bonito ni memorable. Más bien fue suficiente.
Los Patriots conquistaron el sexto título de su historia, su segundo en tres años y le repitieron la dosis a unos Rams que también vieron incrédulos desde la primera fila el inicio de la dinastía de Nueva Inglaterra al ganar la edición 2002, con Bill Belichick como estratega y Brady de mariscal de campo.
“Creo que no me lo voy a creer por mucho, mucho tiempo”, dijo Brady, de 41 años. “He tenido la bendición de jugar con los mejores compañeros desde el 2011 hasta ahora”.
El segundo mejor ataque de toda la NFL jamás se presentó al encuentro y abandonó en el peor momento a una heroica defensiva de los Rams que no tuvo más opción que doblegarse en el peor momento posible.
Una recepción de 29 yardas de Rob Gronkowski dejó el balón a dos yardas de la zona de anotación y desde ahí, Michel avanzó sin problemas para poner a los Patriots en una ventaja que resultaría letal. En su única serie ofensiva funcional, los Patriots utilizaron apenas cinco jugadas para recorrer 69 yardas, 47 de ellas con dos recepciones de Gronkowski.
Los Rams sufrieron un golpe prácticamente letal cuando Stephon Gilmore se adelantó para interceptar un pase de Jared Goff con 4:17 en el reloj en la yarda 4 y el gol de campo de 41 yardas de Stephen Gostkowski le arrebató a Los Ángeles su último suspiro de vida.
“Eso fue increíble”, dijo Brady. “La defensiva jugó tan bien y finalmente los ayudamos consiguiendo un touchdown”.
El Super Bowl fue un auténtico Súper Bostezo.
Los 16 puntos totales son la menor cantidad para un Super Bowl, debajo de los 21 combinados del triunfo de Miami sobre Washington en la edición de 1973. Los Rams, la segunda mejor ofensiva de toda la NFL fue blanqueada en la primera mitad, y de hecho los Patriots no permitieron puntos antes del descanso en sus últimos dos juegos de playoffs precisamente ante los dos mejores ataques de la liga.
“Definitivamente me ganaron la partida”, dijo el coach de los Rams Sean McVay, de apenas 33 años de edad. “No hice un trabajo lo suficientemente bueno con este equipo”.