En medio de un mar de banderas venezolanas y sonoros gritos contra el presidente Nicolás Maduro, decenas de miles de manifestantes se lanzaron el martes a las calles del este de Caracas para tratar de quebrar el respaldo de los militares a la decisión del gobierno de no permitir la entrada de ayuda humanitaria al país.
“Aquí vamos a seguir hasta lograr la libertad de Venezuela”, dijo el jefe de la Asamblea Nacional y líder opositor Juan Guaidó, al asegurar ante la multitud que la oposición seguirá en las calles hasta lograr el cese de la “usurpación” del Ejecutivo por parte de Maduro. “El usurpador va a tener que irse si o si”, agregó.
Guaidó, que se declaró presidente encargado de Venezuela en enero y ha sido reconocido por docenas de países, anunció que a partir del 23 de febrero comenzará a ingresar la ayuda humanitaria al país y que durante el próximo fin de semana se realizarán asambleas de voluntarios para definir el proceso de ingreso de la ayuda que se encuentra almacenada en un centro de acopio de la ciudad colombiana de Cúcuta y en otro que se abrió el martes en la población brasileña de Roraima.
El dirigente no precisó cómo entrará la ayuda y solo adelantó que de ser necesario irán en caravanas y en movilizaciones. “La ayuda humanitaria entra sí o sí”.
Los manifestantes partieron desde diferentes puntos de la capital con banderas colgadas en las espaldas o izadas en pequeños tubos de metal o madera para marchar al ritmo de cornetas y consignas contra el mandatario izquierdista y entre carteles en los que se leía “Maduro, entiende, Venezuela no te quiere”.
La protesta opositora coincide con una marcha que convocó el gobierno en el centro de Caracas para conmemorar el Día de la Juventud, que recuerda una batalla librada por jóvenes en la lucha por la independencia del país, y para recolectar firmas para una carta contra la intervención de Estados Unidos en el país sudamericano que Maduro prometió enviar a la Casa Blanca.
Al ritmo de las canciones entonadas por un joven montado en un camión, centenares de empleados públicos y seguidores del gobierno vestidos con camisetas rojas se concentraron para luego marchar hacia la histórica plaza Bolívar, donde se espera que acuda el presidente Maduro.