Con cinco años de edad, Javier lucha para vencer el cáncer. A pesar de la dificultad en el proceso, su familia lo apoya. Entre ellas su tía, quién ha realizado varios sacrificios para estar pendiente de él.
Hace algunos meses Javier fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda. Este es un tipo de cáncer común durante la niñez. El cual se produce cuando una célula de la médula ósea presenta errores en su ADN. Los síntomas incluyen agrandamiento de los nódulos linfáticos, moretones, fiebre, dolor en los huesos, infecciones frecuente y sangrado de las encías.
Él cuando inició tenía dañado sus riñones, el páncreas y el hígado. Lleva un año y medio de tratamiento aquí en UNOP y está recibiendo apoyo de un psiquiatra, porque está situación le ha afectado.
La familia de este tipo de pacientes realiza distinto tipo de sacrificios, en este caso Andrea, decidió dejar de estudiar para cuidar y apoyar a su sobrino Javier, mientras sus padres llevan el pan de cada día a su casa.
Yo a él lo quiero como un hijo, es por eso que el año pasado suspendí mi proceso final en la universidad para dedicarme 100% a él. Mi hermana y su esposo deben trabajar pues tienen otros tres hijos más. Pero sé que Dios me va bendecir para graduarme este año.
La esperanza es lo último que se pierde. La familia confía en que pronto Javier supere esta prueba.
Esperamos en Dios, en un par de meses, poder decir que Javier ha vencido el cáncer y no nos alcanzará la vida para agradecerle al hospital todo lo que han hecho por mis sobrino y por muchos otros niños más que hoy han superado esta difícil etapa.