La cumbre nuclear entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, fracasó el jueves luego de que las partes no pudieron alcanzar un acuerdo por sus discrepancias en torno a las sanciones estadounidenses a la hermética nación, en un desalentador final para un encuentro de alto nivel que buscaba desactivar la amenaza global.
En una conferencia de prensa tras el abrupto y anticipado final de la reunión, Trump culpó del desenlace a la insistencia de Pyongyang en la retirada de todas las sanciones económicas impuestas por Washington sin comprometerse a eliminar su arsenal nuclear.
“Algunas veces hay que marcharse”, explicó Trump agregando que él había propuesto un acuerdo que estaba “listo para ser firmado”.
“Yo prefiero hacerlo bien antes que hacerlo rápido”, dijo el presidente estadounidense. “Estamos en posición de hacer algo muy especial”.
Apenas unas horas después de que los dos países se mostrasen esperanzados sobre un acuerdo, las caravanas de Trump y Kim abandonaban el hotel del centro de Hanói en el que se celebró la cumbre con minutos de diferencia tras la cancelación del almuerzo y la ceremonia de firma del acuerdo. La Casa Blanca adelantó la conferencia de prensa de Trump, que partió de regreso a Washington más de dos horas antes lo previsto.
El final del entendimiento se produjo apenas horas después de que Trump y Kim pareciesen estar listos para avanzar hacia una normalización en la relación entre las dos naciones, que técnicamente siguen en guerra, mientras el líder estadounidense rebajaba las expectativas acerca de que el encuentro pudiese arrojar un pacto para que el Norte tomase medidas concretas para abandonar su programa nuclear.
En una especie de cambio de roles, Trump redujo deliberadamente parte de la presión sobre Pyongyang abandonando su dura retórica y declarando que “no hay apuro. Solo queremos lograr el acuerdo correcto”. Kim, por su parte, cuando fue preguntado por desnuclearización, dijo: “Si no estuviera dispuesto a hacerlo no estaría aquí ahora”.
Entre los posibles acuerdos de la cumbre se barajaba una declaración de paz para la Guerra de Corea, que el Norte podría emplear para impulsar la reducción de la presencia militar estadounidense en el Sur, o un alivio de las sanciones que permitiría a Pyongyang reactivar lucrativos proyectos económicos con Seúl.