En las islas Galápagos hay una “guardería” en medio del mar: un espacio que alberga tiburones martillo, uno de los más grandes depredadores acuáticos y que está en peligro.
El descubrimiento estuvo a cargo de investigadores ecuatorianos que monitoreaban la zona. El responsable de la expedición, Eduardo Espinosa, técnico del Parque Nacional, dijo a The Associated Press que tras un recorrido de cinco días y de visitar al menos 15 sitios en tres islas, se logró identificar el lugar de crianza de estos escualos, cuyas poblaciones han declinado mucho a nivel mundial.
“Entender en dónde se encuentran los neonatos es un reto para los investigadores para establecer medidas de conservación que propendan a la recuperación de la especie”,
dijo.
“Ese sitio, donde los bebés pasan entre dos o tres años, es importante no sólo para Galápagos sino a nivel mundial porque nace un esperanza de protección y conservación de una especie”.
De acuerdo con el experto, en ese lugar en la isla Santa Cruz se hallaron unos 20 tiburones martillo, entre neonatos y juveniles, y se logró marcar a cinco de ellos.
En Galápagos habitan unas 35 especies de tiburones de las 450 que hay a nivel mundial.
Hace dos años se encontró otro sitio de crianza también en la isla Santa Cruz.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el tiburón martillo -cuyo nombre científico es Sphyrna Lewini- está en peligro debido a que su población mundial ha registrado una reducción de al menos 50% en los últimos 10 años.
Entre las causas que determinan su notable reducción están el hecho de que tarda al menos 15 años en lograr su madurez sexual, tiene pocas crías en su vida, es altamente apetecido por sus grandes aletas dorsales y cuando queda atrapado en redes de pesca se sofoca y muere ahogado rápidamente.
El biólogo marino Alex Hearn, profesor e investigador de la Universidad San Francisco, en Quito, expresó a la AP que “el descubrimiento de este sitio de crianza es muy importante porque nos da esperanza de que en Galápagos pueda haber un población cerrada y que se pueda proteger a esta especie”. Asimismo, destacó que lo que se daba por sentado entre los científicos es que el tiburón martillo iba a las costas continentales para tener crías, pero el hallazgo de la guardería abre una nueva línea de investigación.