Es una recomendación que reciben los reos desde siempre: Cuando vas a una cárcel, di que eres adicto a algo y trata de que te acepten en un tratamiento. Eso podría quitarle un año a tu condena.
Los fiscales sospechan desde hace rato que los presos abusan de estos programas. Y hace poco un jurado investigador mandó a juicio a tres personas acusadas de enseñarle a unos presos lo que tenían que hacer para ser admitidos en un programa para personas adictas a las drogas o el alcohol. Les decían que tenían que presentarse a la cárcel borrachos o drogados y fingir síntomas de abstinencia.
El caso enfoca la atención en los asesores de reos: Ex presos y ex empleados de las prisiones que cobran miles de dólares por compartir sus conocimientos del mundo de las cárceles para preparar a los reclusos para la vida detrás de las rejas. Algunos de estos asesores confirman que desde hace décadas que hay irregularidades e incluso se alienta a los clientes a que engañen al personal carcelaria para ser admitidos en los programas de rehabilitación.
“Es como el lejano oeste”, sostiene Jack Donson, presidente de la firma neoyorquina My Federal Prison Consultant y quien trabajó para el sistema carcelario.
“Espero que esto salga a la luz”, declaró, aludiendo al caso de Connecticut. “Espero que haga pensar a la gente para que no incurra en comportamientos ilegales y carentes de ética”.
Completar un programa de nueve meses y 500 horas es una de las formas que tienen los presos que no han cometido delitos violentos de conseguir que les reduzcan sus condenas. Unos 15.600 reos –un 10% de la población carcelaria federal– participó en el programa el año pasado y hay miles en listas de espera. De ser admitidos, al completar el programa puede que les reduzcan las sentencias y pasar los últimos seis meses de sus penas en libertad vigilada.
El ex fiscal federal Christopher Mattei dijo que las autoridades notan que los reos que cometieron delitos de guante blanco usan cada vez más este programa.
“Socava la confianza del público en que todo aquel que va a ser sentenciado recibirá un trato justo. La gente sabe cómo embaucar al sistema para beneficiarse, mientras que los que realmente son adictos no saben hacerlo”,
declaró Mattei, es jefe de la unidad de fraude financiero y corrupción pública de la procuraduría de Connecticut.
El ex alcalde de Bridgeport Joseph Ganim estuvo preso casi siete años por corrupción. En la cárcel participó en un programa de tratamiento para adictos, fue excarcelado en el 2010 y volvió a ser elegido alcalde en el 2015.
El que Ganim tuviese problemas de adicción sorprendió al juez que lo sentenció ya que no había indicio alguno de que lo tuviese. Luego de ser excarcelado, Ganim trabajó como asesor de reos y publicitó su conocimiento del programa de drogas. No devolvió mensajes de la AP buscando comentarios.