Profesores y estudiantes regresaron el lunes a una escuela de Sao Paulo, menos de una semana después de que dos hombres armados la atacaron provocando la muerte de siete personas y heridas a otras nueve.
Los miembros del personal se reunieron para discutir cuándo se deberían de reanudar las clases, mientras que los estudiantes fueron invitados a recoger cualquier pertenencia que hayan dejado en la institución cuando salieron corriendo para salvarse.
Un montón de flores y mensajes continúan en el suelo afuera de la puerta principal en honor a las víctimas y sobrevivientes. Los estudiantes se abrazaron cuando se reunieron afuera de la institución.
Un total de 10 personas fallecieron como resultado del tiroteo del miércoles, incluidos cinco estudiantes, un profesor, un funcionario de la escuela y los dos agresores, quienes se suicidaron.
Uno de los atacantes también mató a su tío, quien era dueño de una concesionaria de autos usados cercana a la institución, poco antes de llevar a cabo la masacre en la escuela pública Raul Brasil, ubicada en la ciudad de Suzano, en las afueras de la ciudad más grande de Brasil.
Cuatro personas continuaban en hospitales del estado, comentó el portavoz del Ministerio de Salud de Sao Paulo a The Associated Press el lunes.
Los agresores fueron identificados como Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años, y Henrique de Castro, de 25. Las autoridades también investigaban la posibilidad de que hubiera un tercer cómplice.
La tragedia revivió el debate sobre una flexibilización de las leyes de armas en el país, una importante promesa de campaña del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro.