Para muchos migrantes que le escapaban a la guerra, el hambre y la pobreza en busca de nuevos horizontes en el continente, el pacto puso fin a sus sueños.
Tres años después, un vistazo a la implementación del acuerdo y el impacto que tuvo en la migración de personas.
¿QUÉ DECÍA EL ACUERDO UE-TURQUÍA?
Uno de los puntos principales fue que quienes llegasen a las islas griegas procedentes de la costa turca –la ruta preferida en el 2016– serían detenidos y devueltos a Turquía a menos que se aceptasen sus solicitudes de asilo en Grecia. No se les permitía viajar a la parte continental de Grecia, a donde habían llegado cientos de miles de migrantes que luego cruzaron los Balcanes y continuaron hacia el centro y el norte de Europa.
Las deportaciones, sin embargo, no se produjeron como se esperaba. En lugar de esperar y solicitar asilo en su país europeo preferido, los recién llegados pidieron asilo apenas llegaron a las islas, lo que demoró las deportaciones y desbordó completamente el sistema de asilo griego. En la práctica, hubo muy pocas deportaciones.
¿FUNCIONÓ EL ACUERDO?
Sí, en el sentido de que contuvo al menos parcialmente la oleada de gente que intentaba llegar a distintos países de Europa.
Más de 1,2 millones de personas pidieron asilo en países de la UE en el 2015 y nuevamente en el 2016. Esa cifra se redujo a la mitad al año siguiente, en que hubo 654.000 solicitudes, y siguió bajando, a 580.000 en el 2018, según Eurostat, la agencia oficial de estadísticas de la UE. Alemania sigue siendo el destino más popular de quienes buscan el status de refugiados, seguido de Francia y Grecia. Los principales países de origen de los migrantes son Siria, Afganistán e Irak.
¿QUÉ PASA EN EL RESTO DE EUROPA?
Las crecientes dificultades para llegar a Europa desde las islas griegas hicieron que los migrantes y los refugiados buscasen rutas alternativas por mar. España fue el principal destino de estos migrantes y recibió 57.000 personas en el 2018. La cifra es más del doble de la del 2017, que fue de 21.000. Organizaciones no gubernamentales y el gobierno español atribuyen el aumento al acuerdo entre la UE y Turquía y a posteriores pactos con Libia, que básicamente cortaron la ruta por el centro del Mediterráneo, usada por embarcaciones para llevar gente de Libia a Italia.
A fines del 2018 y principios del 2019, no obstante, bajó mucho la cantidad de migrantes que llegaron a España por mar.