88 gatos vivían con ella en condiciones deplorables, recluidos dentro de la casa sin acceso al exterior.
Las autoridades se pusieron en contacto con Control de Animales del estado para evaluar la gravedad de la situación.
Los expertos ingresaron al domicilio con equipo de protección, debido a la gran suciedad que había en el inmueble y que podía poner en riesgo su salud.
Encontraron que, además de los felinos, la mujer de 62 años, quien ahora enfrenta cargos por crueldad animal, poseía un perro y un pez beta. Todos los animales se encontraban delicados de salud.
Según las autoridades, al parecerla mujer no había cuidado de los animales domésticos ni hecho limpieza desde que en 2017 llegó a la casa ubicada en Roseview Boulevard. Esto había provocado que filas de heces, que se encontraban por todo el inmueble, hubieran alcanzado pulgadas de altura.
El ambiente antihigiénico causó que las mascotas contrajeran infecciones estomacales y respiratorias.