El colapso de los edificios se ha debido a las filtraciones de agua de lluvia en una ladera del barrio de San Jorge Kantutani, en la capital boliviana.
“Hasta el momento se han contabilizado 66 viviendas completamente destruidas, 88 familias afectadas y 338 personas damnificadas. Tenemos tres personas desaparecidas y dos por confirmar. No se ha rescatado ningún cadáver”, ha detallado este miércoles el comandante general de la Policía, Yuri Calderón. Una vez que se estabilice el suelo de la zona, podrán ingresar las cuadrillas de obreros para recoger los escombros y buscar entre ellos a los desaparecidos.
La mayor parte de las viviendas de la zona había sido previamente desalojada, porque los primeros desplomes se registraron durante el fin de semana. Las autoridades habían instalado carpas en la zona para que los afectados pernoctaran la noche de este martes y, al mismo tiempo, se establecieron cordones de seguridad policiales y militares para evitar saqueos.
En la zona afectada, un antiguo basurero público, se habían establecido varios asentamientos urbanos y, aunque no contaban con autorización para construir, edificaron viviendas, algunas incluso de varios pisos, que el martes se derrumbaron por las lluvias.