El presidente Donald Trump decidió cancelar los programas recreacionales, las clases de inglés y la ayuda legal que hasta ahora han recibido los niños migrantes que han llegado solos a la frontera sur de Estados Unidos y que permanecen en refugios del Estado, alegando “presiones presupuestarias”.
La Oficina de Reasentamiento de Refugiados ha dejado de financiar actividades “no directamente necesarias para la protección de la vida y la seguridad” de los menores de edad migrantes y eso incluye “los servicios de educación, clases de futbol, servicios legales y recreación”, según dijo Max Weber, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), al diario The Washington Post.
El funcionario sostuvo que estaban ajustados de presupuesto y podrían quedarse sin recursos a finales del mes de junio. Por ello, la agencia está legalmente obligada a destinar todo tipo de fondos a los servicios necesarios.
Además, se informó que más de 40 mil 800 niños migrantes no acompañados están bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios de Estados Unidos. Es decir, un 57% más que el año 2018.
Conflicto comercial con México
El tema de la migración ilegal tiene al presidente Donald Trump “molesto”. Busca, como puede, evitar que más personas ingresen a Estados Unidos de manera irregular.
Su medida más próxima sería la imposición de aranceles a mercadería proveniente de México, si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no controla la frontera con Guatemala, donde transitan cientos de migrantes centroamericanos.
Sin embargo, el presidente estadounidense quiere un acuerdo para evitar los aranceles a productos mexicanos. Desde Irlanda, donde efectúa una visita de Estado, Trump dijo a periodistas que el vicepresidente Mike Pence liderará las conversaciones en Washington D. C. con la delegación mexicana, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, para analizar la amenaza tarifaria.
Buscan neutralizar amenaza
México quiere evitar un impacto negativo a su economía y por tal razón buscará una solución al tema de migración ilegal. En el transcurso de estas horas, el canciller Marcelo Ebrard conversará con el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, durante una reunión en la Casa Blanca encabezada por el vicepresidente Mike Pence.
Trump realiza esta semana una visita oficial al Reino Unido, aunque ha reiterado en Twitter sus amenazas de imponer el arancel si México no adopta más medidas para detener los flujos migratorios.
“Como señal de buena fe, México debería detener inmediatamente el flujo de personas por su territorio y hacia nuestra frontera sur. ¡Pueden hacerlo si quieren!”, escribió Trump el 3 de junio.
Un funcionario mexicano conocedor de la relación bilateral dijo a la AP Noticias que el esfuerzo de persuasión incluye reuniones con legisladores, centros de estudios, empresarios y gobernadores.
“La meta es comprar tiempo. Tratar de que la amenaza no se active”, dijo el funcionario, que solicitó el anonimato por no estar autorizado a conversar con periodistas.
El funcionario dijo que la dinámica política interna impide a México alardear públicamente de las medidas que ha adoptado para combatir la migración no autorizada.
“Hay una línea fina entre lo que podemos decir y lo que no. Estados Unidos sabe dónde estamos situados y sigue presionando. Estamos entre la espada y la pared”, indicó.
La coyuntura ha permitido a México ganarse el apoyo de sectores influyentes en Estados Unidos que rechazan el arancel por considerar que perjudica a ambas naciones debido a la integración que han logrado sus economías.
La mayoría de las exportaciones mexicanas van a Estados Unidos y México es el principal socio comercial de Estados Unidos.