La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo presentó este jueves formalmente al nieto restituido número 130, cuyos padres fueron secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina.
Se trata de Javier Matías Darroux Mijalchuk, que en horas del mediodía compartió una conferencia de prensa junto a su tío, quien los buscó durante 40 años, y la presidenta de la organización de derechos humanos, Estela de Carlotto.
Matías es hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos desaparecidos en diciembre de 1977, confirmaron las Abuelas en un comunicado.
“El tío, Roberto Mijalchuk, recibió el llamado tan esperado a ese teléfono fijo que nunca había dado de baja. La Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) le comunicó que había encontrado a su sobrino. Matías Javier Darroux Mijalchuk conoció su origen y hoy las Abuelas le damos la bienvenida a esta enorme familia”, comenzó Carlotto durante la presentación, realizada en la sede de la organización en Buenos Aires.
Javier Matías Darroux Mijalchuk sabía que era adoptado. Con sólo cuatro meses de vida, fue encontrado en la calle por una mujer en cercanías al centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). En esa zona del barrio porteño de Núñez su madre, Elena, había sido vista por última vez con su bebé. Estaba buscando a su pareja, Juan Manuel Darroux, que había sido secuestrado unos días antes. A partir de esa búsqueda, su familia no supo nada más de ellos.
El bebé, Javier, fue encontrado en la calle por una mujer que lo dio en adopción a otra familia en Buenos Aires. En 1999 se mudó a la provincia de Córdoba, donde comenzó su búsqueda.
El tío de Javier, Roberto, hermano de Elena, estuvo presente en la conferencia, acompañando a su sobrino. “Después de 40 años nunca bajó los brazos ni perdió la esperanza de encontrarnos con vida. Mantuvo el mismo número de teléfono esperando el llamado”, dijo el nieto 130. Y agregó: “Gracias, tío, por nunca dejar de buscarme”.
Al término de la rueda de prensa, Javier Darroux Mijalchuk habló con RT sobre las sensaciones que le provoca la reciente restitución: “Me ha llegado profundamente desde lo emocional. Hace algunos años que sabía de la existencia de mi familia y me había reencontrado con mi tío, pero no hay avances desde la justicia en cuanto al esclarecimiento de cuáles fueron los hechos concretos de la desaparición en la que estuvieron involucrados mis padres”, señaló el joven, que podría no ser el único hijo del matrimonio desaparecido.
“Tengo un hermano, y de ahí surge la necesidad de difundir públicamente mi historia y la de mis padres, para ver si alguien que nos está viendo, nos está escuchando, puede ayudarme a armar este rompecabezas”, sostuvo.
Javier confirmó que en el momento de ser secuestrada, su madre estaba embarazada de dos meses, razón por la cual sospechan de la existencia de ese hermano, aunque no saben si nació o no en cautiverio. “No sé muchas cosas”, reconoció Javier. Y agregó: “Por eso la lucha es por la verdad. La memoria está apuntalada por las Abuelas, por mi tío. Somos muchos los que estamos en esta situación, pero no todos se animan a buscar su verdadera identidad”.
Según relató el nieto recuperado 130, la búsqueda en su caso comenzó impulsada por la insistencia de su “compañera de vida”, Vanina, y por dos amigos, Juan Pablo y Horacio. Sin embargo, recordó también las fuertes campañas iniciadas por Abuelas hacia el año 2006, instando a quienes tienen ‘dudas sobre su identidad’ a acercarse a la organización. Entre otras cosas, eso llevó a Javier a dejar su ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que finalmente corroboró la coincidencia con la familia Mijalchuk-Darroux.