La persona había salido a buscar oro por los alrededores de la ciudad de Maryborough, en Australia, inspeccionando el terreno, se topó con una piedra extraordinaria. Su color único y su gran peso eran atípicos. Creyó que en su interior podía esconder oro, y se la llevó a su casa.
Trató de romper la parte exterior de la roca con un taladro. No tuvo éxito. Probó con un mazo. Tampoco. Finalmente, la tomó con ambas manos, y trató de reventarla contra el suelo, pero no tuvo suerte. ¿Qué demonios es esto? se preguntó tras comprobar que la roca no tenía ni un rasguño.
Fascinado por la particularidad de la gema, el hombre no se deshizo de ella, y la guardó durante años. Después de todo ese tiempo, este mes de julio, consumido por la curiosidad, decidió llevarla al Museo de Melbourne para que los expertos le ayudaran a identificar la piedra.
Aquella fascinante gema no era terrestre. Emocionados por el descubrimiento, supieron en seguida que la piedra que tenían frente a ellos no era de este mundo: era una gota de una lluvia de metal espacial.
En los 37 años que lleva trabajando para el museo, el experto ha analizado miles de rocas, pero sólo dos de ellas eran meteoritos. El peso de la misteriosa gema hallada en Maryborough fue suficiente para entusiasmarse.
Los exámenes pronto confirmaron sus sospechas. La roca que habían encontrado era un meteorito de 4.600 millones de años. La pieza, que ahora pasó a conocerse como El Meteorito de Maryborough, en honor al lugar en el que fue hallado, mide 39 x 14 x 14 centímetros y tiene una masa de 17 kilogramos. Su peso se debe a que a diferencia de las rocas estándar de la Tierra, está compuesta por formas densas de hierro y níquel.
Es probable que este meteorito en particular salga del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, señaló el geólogo, tras explicar que la superficie de la roca indica que lleva en la Tierra menos de 200 años.
Por su alta composición en hierro, el Meteorito Maryborough fue clasificado como una condrita H5. Según explicó el medio australiano, se exhibirá en el museo el 11 de agosto con motivo de la Semana Nacional de la Ciencia.