Estados Unidos busca que el acuerdo de asilo migratorio suscrito la semana pasada con Guatemala entre en vigencia en agosto próximo.
Así lo indicó el secretario de Seguridad Nacional de ese país, Kevin McAleenan, el pasado 26 de julio, durante una teleconferencia con distintos medios de comunicación estadounidenses.
Las declaraciones del funcionario norteamericano coinciden con lo manifestado este miércoles por el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, respecto de que ambas naciones tienen varios pasos procesales para ratificar y reconocer el acuerdo, para luego ponerlo en vigencia.
Esperamos avanzar en esos procedimientos en las próximas semanas. Así que esto debería estar funcionando en agosto”, expresó McAleenan.
Degenhart dijo también este miércoles: “Tenemos claro que el presidente Donald Trump quiere resultados a corto plazo, y que no le importa si es el Ejecutivo, el Legislativo o la Corte el que haga que se implemente el convenio. Lo que le interesa es que se implemente a la brevedad”.
El secretario se refirió también respecto al término de “tercer país seguro”, y explicó que se trata de una terminología coloquial para la sección de la Ley de Nacionalidad e Inmigración de EE. UU., que cubre ese tipo de acuerdos en el sistema de asilo.
En realidad, es un acuerdo para colaborar en el acceso a las protecciones para individuos que lo están buscando y cruzando fronteras en la región”, explicó.
¿Cómo funcionaría?
Para ejemplificar cómo sería el procedimiento acordado entre Guatemala y el país del norte, McAleenan expresó: si una familia hondureña atraviesa Guatemala hacia a la frontera de los Estados Unidos, queremos que se sientan seguros de pedir protección y asilo en el primer punto posible.
Así, Guatemala, contando con un proceso de asilo disponible para esa familia, podría evaluar si existe una solicitud de asilo apropiada; una solicitud por persecución política, racial, étnica, o religiosa que debería hacerse en el primer punto posible.
Si en lugar de eso, el núcleo hace el viaje completo hacia la frontera de los Estados Unidos en manos de los traficantes, se les podría regresar a Guatemala si desean solicitar asilo. Así que así es como funcionaría el proceso.
Si alguien ha cruzado a través de Guatemala, por definición ellos podrían haber pedido asilo allí y no son elegibles para pedir asilo en los Estados Unidos”, dijo.
Añadió que, según sus registros, solo entre el 10 y 15 por ciento de las personas que han solicitado asilo en EE. UU. Tienen una razón válida para hacerlo.
Así que, al poder revisar peticiones de protección de asilo más temprano en el proceso, en el punto más cercano posible de su país de origen, creemos que aumentará la integridad del proceso”, opinó.
Por otra parte, McAleenan destacó que Guatemala ha tenido una reducción significativa en su tasa de asesinatos y en la tasa de crímenes violentos en los últimos cinco años, por lo que consideró que puede garantizar la seguridad de quienes soliciten asilo o protección en su territorio.