Luis Eduardo Perez de 30 años, labora en la pediatría del Hospital Nacional de Chimaltenango, en donde se ha ganado el corazón de muchos pacientes que lo hicieron viral, por su caridad hacia los demás.
Este enfermero profesional oriundo del municipio de Zaragoza cuenta que no es difícil prestar una buena atención cuando se trae el amor por el prójimo.
Me gusta que los niños y sus padres sean bien atendidos, es por ello que los trato como si fueran de mi familia, los niños se identifican conmigo y cuando paso para darle sus medicinas lo hacen con una sonrisa, me siento triste cuando termino mi turno porque siento que les haré falta.”
Su historia ha sido compartida en varios medios locales, luego que una madre de familia hiciera una publicación en una página en Facebook, en donde indica que contrario al maltrato que es usual en los servicios de salud, este personaje hace la diferencia.
“Tiene la vocación de servicio; los niños lo adoran; él pasa el medicamento y los niños no le lloran; no es como los demás amargados; él y sus dos enfermeras auxiliares son muy amables; tienen el tiempo de motivar a cada papá”. Indica la publicación.
Al ser entrevistado el joven se sintió sorprendido e indicó que -ser enfermero es una vocación; un don que Dios nos da y el servirle al prójimo. Creo que se enfermero se necesita tener valores y principios y estar seguro de la carrera que uno escoge.-
Dice sentirse feliz por el cariño de los pacientes y por el reconocimiento de las personas, pues casi siempre la gente dice que los enfermeros son amargados “pero no en todos los casos es así”.
Al finalizar la entrevista, el joven enfermero brindó un consejo a todos los profesionales de la salud ►
Que nos esmeremos en el servicio y que Dios tarde que temprano nos lo va a recompensar.”