Conocí a muchos refugiados de estos países y lo que encontré fue que, el común denominador entre todos ellos era que simplemente estaban tratando de huir de la violencia”.
Es el testimonio de Christina Simons, la fotógrafa que ha dado cobertura profunda y poética al éxodo de los migrantes centroamericanos que desesperados buscan un futuro mejor.
Simos inició el trabajo en el 2015 al dar cobertura a la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), en proyectos realizados en albergues de Tenosique e Ixtepec en México, con quienes acordó presentarlo por primera vez a través de una exposición en el marco del Festival Internacional Cervantino (FIC).
“Huyendo hacia ninguna parte” visibiliza las historias de miles de personas que se ven forzadas a huir y profundiza en el origen que les arrastra hacia destinos de inseguridad, ilegalidad y pobreza.
Las imágenes transitan entre Honduras, México y Estados Unidos, para responder a una cruda realidad que parece una contradicción: ¿Por qué alguien se arriesgaría a ser víctima de robo, violación, tortura, secuestro o asesinato? ¿Por qué se expondría al sol incesante, la deshidratación, la falta de alimentos, el cansancio extremo y la enfermedad?
Por la violencia y el terror que acecha sus países. Los refugiados sobreviven atormentados por encontrar un lugar que les garantice otro presente. Sin embargo, la realidad es que las rutas migratorias se convierten en caminos minados de problemas, donde día a día exponen la vida con el único fin de cruzar al otro lado sin saber qué les deparará.
Simons cuenta que con su trabajo busca crear conciencia entre las personas, una “conciencia emocional” y que se deje de ver el tema de manera superficial, ‘como un tema de migración’ o de ‘refugiados’.
Terminé sintiéndome que entendía mucho más acerca de los migrantes. A un nivel más profundo –de una forma que comencé a involucrarme-. Realmente comencé a sentir preocupación por su bienestar y creo que la razón por la que sentí eso, fue porque entendí sus historias individuales y eso me hizo darme cuenta que , contar sus historias individuales, era una manera y una herramienta para lograr que a otras personas… les importe aunque sea un poco.”