El Gobierno de Argentina confirmó este jueves que al menos seis funcionarios bolivianos ingresaron al país “normalmente” por la frontera norte, aunque no lo hicieron en calidad de asilados sino “como turistas”.
Así lo reconoció en conferencia de prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aunque evitó revelar sus identidades “por una cuestión de protección”.
De acuerdo a la funcionaria, se trata de servidores públicos regionales “de segundo o tercer nivel”, que respondían al presidente depuesto Evo Morales.
Sin embargo, la ministra afirmó que ya están “protegidos” y que “por supuesto” el Gobierno va “a cuidarlos”, a pesar de que “no han pedido” asilo político a la Argentina.
Tras el golpe de Estado en Bolivia, la Casa Rosada evitó ofrecer asilo político al presidente derrocado Evo Morales y sus funcionarios, a pesar del pedido del mandatario electo Alberto Fernández, quien advirtió al actual jefe de Estado argentino, Mauricio Macri, que la vida de los dirigentes “corría peligro”.
Según reveló Fernández en una entrevista televisiva, en esa conversación telefónica Macri adujo que sería “complicado” para el país debido a que se encuentra en una etapa de “transición” democrática hasta el próximo 10 de diciembre.