Aunque Guatemala comienza a adoptar el uso de productos biodegradables, como alternativa a los plásticos desechables, para los empresarios de este último sector la solución para proteger el ambiente va más allá de prohibir los insumos fabricados a base de derivados del petróleo.
Programas de educación ambiental, que incluyan la promoción del reciclaje y la separación de residuos para su adecuado manejo, son parte de las acciones que se deben poner en marcha, según Marcos Arimani, presidente de la Comisión de Plásticos de la Asociación de Exportadores de Guatemala (Agexport).
El empresario hizo ver también la importancia de contar con rellenos sanitarios e infraestructura necesaria para el adecuado manejo de la basura.
Hasta ahora, lo que abunda son basureros clandestinos, y mientras no se tome conciencia de que esa basura llega a nuestros ríos y lagos, no cambiará nada”, dijo el entrevistado.
Reiteró, además, que los productos biodegradables no son mayoría en el mercado, debido a los altos costos de su producción, y que la verdadera solución a la proliferación de vertederos clandestinos es la educación.
Por otra parte, Guatemala no está preparada para el uso de este tipo de productos, pues antes tendrían que construirse plantas de compostaje, expresó.
Según dijo, del 100 por ciento de la basura que se produce en el país, solo el 8 por ciento corresponde a plásticos, y de estos el 1 por ciento son bolsas.