Con un llamado a trabajar por una legislación que dirima diferencias y posibilite la unidad, el diputado Álvaro Arzú Escobar se despidió este martes de la Presidencia del Congreso, la cual dirigió durante dos períodos consecutivos.
Durante su discurso, el parlamentario felicitó los esfuerzos de sus colegas en la promulgación de leyes de interés nacional y romper lo que consideró injerencia foránea en esa tarea.
“Ningún pueblo digno puede permitir que sus leyes sean ajenas, nadie que se considere digno puede ceder en otras manos la responsabilidad que le ha sido confiada”, expresó.
Destacó, además, las diversas situaciones políticas que se vivieron en los cuatro años que duró la octava legislatura.
“En estos últimos años, los guatemaltecos hemos vivido momentos muy difíciles. Pero, en medio de la confusión, la confrontación y la incertidumbre por un futuro promisorio, en un balance general, yo me atrevería a decir que hemos salido avante”, manifestó.
Despidió también a los más de 100 diputados que dejarán el cargo este martes, y les agradeció su apoyo y trabajo “por haber colaborado a que la patria nuestra recuperará su dignidad y su soberanía”.
Asimismo, instó a los legisladores reelectos a seguir construyendo sobre las bases que sentaron en los años recientes.
Es un honor y un privilegio ser Presidente del Congreso de la República y poder afirmar que, con muchas limitaciones y barreras espurias, he cumplido la misión de equilibrar la balanza de la dignidad y la justicia en momentos de gran riesgo”, aseguró.