Una ola de críticas e inconformidad desató la nueva propuesta del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que pretende poner fin a los feriados largos: la práctica de mover todos los descansos oficiales a los días lunes con el propósito de alargar los fines de semana para incentivar el turismo interno.
La decisión se debe al descontento de éste al enterarse que la mayoría de mexicanos ignoran que este miércoles 5 de febrero se cumplen 103 años de la adopción de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, sin embargo, sí disfrutaron de la pausa laboral.
“Sé que esto va a generar alguna polémica, pero considero que el que no sabe de dónde viene, nunca va a saber hacia dónde va. Para nosotros es fundamental la historia, que es la maestra de vida, es fundamental el civismo, la ética, el humanismo.”
De concretarse el acuerdo, todos los feriados se celebrarán en su fecha real a partir de agosto o septiembre próximos, cuando inicie el nuevo ciclo escolar.