Un artículo publicado recientemente por La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), que analizó el trabajo docente durante el COVID-19, arroja un problema alarmante en cuanto a la educación a distancia, a través de internet.
El informe señala que la mitad del total de los alumnos –unos 826 millones de estudiantes– que no pueden asistir a la escuela debido a la pandemia de COVID-19, no tienen acceso a una computadora en el hogar y el 43% (706 millones) no tienen internet en sus casas.
A pesar de que mediante los teléfonos móviles, los estudiantes pueden acceder a la información y conectarse con sus profesores y sus compañeros, unos 56 millones de alumnos viven en lugares donde no llega la cobertura de las redes móviles, y casi la mitad de ellos se encuentran en el África Subsahariana.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, declaró: “Si bien deben multiplicarse los esfuerzos para proporcionar conectividad a todos, ahora sabemos que la continuidad de la enseñanza y el aprendizaje no puede limitarse a los medios en línea”.
El informe indica que “en el caso de los profesores de las regiones en las que el acceso a las TIC y otras metodologías de aprendizaje a distancia es más reducido, la transición ha sido aún más difícil o hasta imposible”.
Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO indicó que “estas desigualdades constituyen una verdadera amenaza para la continuidad del aprendizaje en un momento en que se produce un trastorno educativo sin precedentes.
La pandemia del COVID-19 impulsó a la UNESCO a la creación de la Coalición Mundial para la Educación COVID-19, que agrupa a más de 90 asociados de los sectores público y privado, a fin de concebir soluciones universales y equitativas y lograr que la revolución digital sea inclusiva y que continúa evaluando el desempeño de la educación a nivel mundial.