La feria de la aldea Estanzuela, en Joyabaj, Quiché, no volverá a ser igual, por lo menos no para la familia de Rosa María Lares Saquic, una niña de 10 años, quien encontró su muerte en aquella celebración.
Este lunes se cumple un año desde que la pequeña fue vista con vida por última vez, luego de que un grupo de hombres la acosara.
Según pobladores que se encontraban en el lugar, la nena se negó a bailar con uno de los individuos, quien ante la negativa le quitó su rebozo y huyó. La niña corrió tras él, en busca de que le devolviera aquella prenda. Los otros sujetos también se fueron.
Eso fue lo último que se supo de ella. Cinco días después, sus restos fueron localizados dispersos a la orilla del río Arriquín, y un mes más tarde el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) confirmó su identidad.
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Aún sin castigo
Rosa María engrosó en 2019 las filas de menores de entre 10 y 14 años que fueron víctimas de agresión sexual. En ese entonces sumaron 4 mil 170.
Aunque dos de los hombres que habrían estado involucrados en su crimen fueron capturados menos de un mes después de que ocurrieran los hechos y fueron ligados proceso posteriormente, siguen sin ser sentenciados.
El proceso judicial aún está en su fase de debate, pero los familiares de la pequeña y activistas que velan por los derechos de la niñez exigen justicia.
Esta, sin embargo, podría no llegar aun este año, pues la crisis generada por el Covid-19 ha repercutido en el retraso de diversos procesos judiciales.
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