Los integrantes de la Oficina Nacional de Prevención contra la Tortura ha intensificado las visitas a los centros carcelarios del país para verificar las condiciones de los reclusos, particularmente por el tema del COVID-19.
Durante las visitas destacan hallazgos como la falta de protocolos tanto de prevención como de reacción ante la enfermedad, tal es el caso del anexo B de la cárcel de Santa Teresa, ubicado en zona 18, en donde hay cuatro casos positivos.
Otto Paz, de la Oficina Nacional de Prevención contra la Tortura, dijo que en el lugar no hay insumos para atender ni prevenir el contagio del nuevo Coronavirus.
Agregó que en el lugar hay 1 mil 519 privadas de libertad y que de estas 1 mil 196 guardan prisión preventiva y solo 323 cumplen una condena.
Hay un desorden que se establece dentro de todo el engranaje del Sistema Penitenciario y el sector justicia, y es que no tenemos sectorizados el tipo de procesos o condenas de prisión preventiva que tienen los privados de libertad. Las que cumplen condena ya deberían estar en una granja en cumplimiento de condena, explicó.
¿Qué hacen con las enfermas?
Paz indicó que establecieron que cuando hay una persona con síntomas, se le practica el hisopado y de inmediato se pone en cuarentena a todo el sector sin hacerles la prueba lo cual representa una vulneración en sus derechos porque aunque no estén enfermas se les restringen horas laborales y recreación.
Dijo que detectaron hacinamiento pues en cada sector hay mas de 161 personas.
violenta los tratados internacionales y el artículo 46 de la Constitución Política de la República de Guatemala, que establece que tratados internacionales deben prevalecer sobre la norma interna”, enfatizó.
La guardería
En dicho centro carcelario se registran 76 niños, hijos de las privadas de libertad, quienes tampoco tienen un protocolo de protección de la enfermedad.
Las mismas privadas han implementado protocolos para protegerlos del COVID-19, han buscado formas para evitar el contacto social con otras reclusas. Las autoridades no han establecido un protocolo para protegerlos”.
Además de esta situación, notaron que sigue existiendo una alimentación deficiente para ellos, pues subsisten con ayuda que llega de Organizaciones No Gubernamentales que les llevan alimentos y ropa.