El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) presentó recientemente un reporte. Este se denomina “Frentes de deforestación; impulsores y respuestas en un mundo cambiante”. 24 lugares son analizados y catalogados como los que tienen una concentración significativa de puntos críticos de deforestación.
Nueve de los 24 frentes se encuentran en América Latina, región que ha experimentado una disminución del 94% en las poblaciones de vida silvestre. Esta alarmante disminución en biodiversidad es atribuida, en gran parte, a la pérdida y degradación de hábitat causada por el cambio de uso de suelo.
Uno de los frentes de deforestación ocurre en la Selva Maya, compartida por Petén en Guatemala, Belice y el sur de México. La Selva Maya, uno de los bosques tropicales más grandes de América, proporciona importantes servicios ambientales, incluido el secuestro de carbono y biodiversidad, así como recursos forestales vitales para las comunidades rurales.
Tala inmoderada, ganadería y agricultura
En la última década, la deforestación se ha desplazado del sur al noroeste de Petén y ha avanzado cada vez más sobre el noreste de Campeche y sur de Quintana Roo en México.
Los impulsores de la deforestación también han cambiado. La ganadería y la tala junto a la quema fueron los principales impulsores en el pasado. Sin embargo ahora es la agricultura la que juega un papel cada vez más importante.
En América Latina, la ganadería, la agricultura a gran escala, la agricultura de subsistencia, la minería, la infraestructura de transporte y los incendios se resaltan como los mayores impulsores de pérdida de bosque.
¿Qué podría frenar la deforestación en la Selva Maya?
El informe enfatiza que los incentivos de intensificación agrícola pueden, en algunas circunstancias, ser eficaces para detener la deforestación, pero carecen de salvaguardas ambientales y de suficiente integración con políticas medioambientales
Las acciones a tomar que recomienda son:
-Fortalecer los arreglos de gobernanza inclusivos y participativos y mejorar las capacidades para la gestión eficaz de áreas protegidas.
-Asegurar la tenencia de la tierra o los derechos sobre los recursos para las comunidades rurales.
-Fortalecer y ampliar los proyectos forestales comunitarios, que han demostrado estar vinculados a bajas tasas de deforestación y revertir la extracción de madera insostenible en tierras nacionales y comunitarias donde aún se está produciendo esta práctica.
-Mejorar el vínculo entre los incentivos para la intensificación agrícola, medios de vida sostenibles y resultados ambientales.
-Supervisar y mejorar la sostenibilidad de la cadena de valor.
-Evaluar el efecto sobre la deforestación que las políticas públicas y los planes de infraestructura tienen, tendrán o podrían tener en la región.
También propone acciones urgentes por parte del gobierno, empresas y reguladores, que deben aplicarse de forma combinada.
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