SAO PAULO (AP) — El presidente brasileño Jair Bolsonaro insistió el martes que la Copa América se puede disputar este mes en su país en medio de la galopante pandemia de coronavirus.
El mandatario de ultraderecha y su gobierno recibieron críticas por parte de congresistas y expertos sanitarios por la decisión de montar el torneo en un país que tiene la segunda mayor cantidad de decesos de COVID-19 en el mundo.
La CONMEBOL, ente rector del fútbol sudamericano, anunció el lunes a Brasil como anfitrión del torneo luego que Argentina desistió por una segunda oleada del virus en el país. A su vez Colombia, el otro co-anfitrión, fue apartado por la propia CONMEBOL el 20 de mayo debido a las protestas antigubernamentales que azotan al país desde fines de abril.
Luiz Eduardo Ramos, el jefe de gabinete del presidente brasileño, había puesto en duda la celebración del certamen el lunes, pero Bolsonaro señaló que él y sus ministros están de acuerdo que Brasil puede organizarlo pese al ritmo lento de la vacunación en el país.
“Si dependiera del gobierno federal, la Copa América se jugará en Brasil”, dijo Bolsonaro en Brasilia. ““Fui consultado por la Confederación Brasileña de Fútbol y por nuestra parte es positivo. En lo que mí respecta, los ministros, incluyendo a nuestro ministro de salud, todo está zanjado. Será una realidad”.
Un presidente polémico
Bolsonaro ha sido uno de los líderes mundiales que ha minimizado los efectos del coronavirus. El año pasado, en medio de una oleada masiva de contagios, el presidente, lejos de decretar confinamiento en todo el país, motivó a los brasileños a salir a trabajar y continuar con su vida cotidiana.
Pese a que fue portador del Covid-19, el mandatario dijo que “fue una simple gripe”. También en medio de la emergencia sanitaria, Bolsonaro ha participado en actividades multitudinarias, orquestadas por sus simpatizantes.