Ocurrió hace 46 años en un mundo que ya no existe, cuando el 20 de junio en 1976 en el estadio Estrella Roja de Belgrado el checo Antonín Panenka convirtió en leyenda el quinto penal de la final de la Eurocopa entre Checoslovaquia y Alemania Federal.
El centrocampista del Bohemians de Praga, que tenía entonces 27 años y era un perfecto desconocido fuera de su país, reescribió los dogmas del fútbol. En lugar de sacar un cañonazo de sus botas, orientó su cuerpo hacia la derecha y lanzó un balón bombeado por el centro de la portería; una vaselina inédita que sorprendió al meta alemán Sepp Maier y al resto del planeta.
Su inolvidable gol le dio el título a los checoslovacos en aquel extraño torneo celebrado en Yugoslavia con solo cuatro selecciones en liza en la fase final, las citadas más la anfitriona y Holanda.
Checoslovaquia se había adelantado por medio de Svehlík y Dobias, pero Alemania recortó distancias con Müller y logró empatar en el minuto 89 con gol de Hölzenbein. Tras la prórroga, llegaron los penal. Y apareció la genialidad de Panenka.
“Me daba cuenta de que la potencia del tiro obligaba al portero a elegir un lado y me dije que sería desconcertante que el balón fuera despacito al centro de la portería”, explicaba Panenka hace unos años en “Le Monde”.
Ensayaba en su casa
El jugador llevaba ensayando el lanzamiento desde hacía dos años e incluso lo había probado ya en su campeonato liguero, sin mayor trascendencia. Empezó como un juego tras los entrenamientos, cuando se apostaba chocolates y cervezas a penal con el portero.
Pero la ejecución de su extravagancia en la final de un campeonato internacional la convirtió en una marca propia de la historia del fútbol, y también en un espejo para algunas de las estrellas que llegaron después.
Un legado histórico
Desde aquel 20 de junio de 1976 han tirado penal “a lo Panenka” estrellas como Zinedine Zidane, Andrea Pirlo, Sergio Ramos, Lionel Messi o Karim Benzema y el disparo incluso da nombre en España a la revista de fútbol “Proyecto Panenka”.