Sus padres sólo esperaban su muerte, dos años después sigue con vida

Sus padres sólo esperaban su muerte, dos años después sigue con vida

18 de septiembre 2022

Conozca la historia de una adolescente de Campur, Alta Verapaz

En febrero de 2020, el personal de salud del Centro de Salud de Campur, Alta Verapaz, se desplazó hasta el Caserío Secuabón, a unas tres horas de distancia; donde durante una visita domiciliar conocieron el caso de una adolescente de 14 años, donde los padres solo esperaban su muerte.

“La niña tenía un tumor en la nariz, el papá ya la daba por muerta, nos dijo que la dejáramos morir en paz”, indicó Claudia Coc, Coordinadora de Promoción. Debido a la insistencia del personal de salud, a finales de febrero, la adolescente fue trasladada al Hospital Roosevelt, donde le realizaron exámenes para confirmar el tipo de tumor que padecía, afortunadamente era benigno.

Ese resultado encendió una luz de esperanza para la menor, a pesar de que en marzo se dio la noticia del primer caso de Covid-19. “La acompañaba al hospital de Cobán en la ambulancia, la llevé, hice todo el proceso con ella hasta que la trasladaron al Hospital Roosevelt”, recordó Claudia Coc. El esfuerzo del personal del centro de salud permitió que fuera sometida a una cirugía que le cambió totalmente la vida.

Durante un mes estuvo hospitalizada, en ese tiempo, la Licda. Coc, brindó apoyo en la traducción, vía teléfono, pues la barrera del idioma impedía a los familiares entablar conversación con el personal médico del centro asistencial. A finales de marzo, la menor fue dada de alta y regresó a casa.

Dos años después

Han pasado dos años desde entonces, ahora la menor tiene 16 años y goza de buena salud. Ella sigue dentro del tratamiento que brinda el personal del centro de salud a los adolescentes de ese territorio, a quienes enseñan a construir su proyecto de vida.

Ella me tiene muy presente en su vida. Esa satisfacción que da ver que uno no lo hace por lo que gana, si no por esa pasión que siente por el trabajo, cuando la vi recuperada me emocioné tanto que me dieron ganas de llorar, porque está muy diferente a la niña que yo vi antes. Esa satisfacción es incomparable. Todo eso es lo que hace salud, aunque las personas muchas veces no se dan cuenta”, concluyó Claudia Coc.

 

 

 

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