La orden del presidente ruso Vladimir Putin de movilización parcial de reservistas demostró protestas antibélicas en toda Rusia, varias de ellas en Moscú, a las que respondieron las autoridades con decenas de arrestos.
La primera movilización rusa desde la Segunda Guerra Mundial es una medida arriesgada y profundamente impopular tras sufrir reveses humillantes de sus fuerzas al acercarse el séptimo mes de la invasión de Ucrania.
La medida sin duda elevará las tensiones con las potencias occidentales que respaldan a Ucrania, que se mofaron de lo que considera un acto de debilidad y desesperación. También hizo que algunos rusos se apresuraran a comprar boletos de avión para salir del país.
El Kremlin, que ha tenido problemas para reponer efectivos en Ucrania, ha pedido voluntarios. Incluso ha habido informes de reclutamiento en las cárceles.