Los peces que viven en la parte oscura de los océanos verán reducido su tamaño por culpa del aumento de la temperatura del agua, lo que tendría importantes consecuencias a nivel ecológico.
Expertos indican que este efecto se dará en aquellas especies que habitan donde no llega la luz solar, por debajo de los 200 metros de profundidad.
Para elaborar el estudio, los biólogos marinos recuperaron otolitos, se trata de pequeñas estructuras del oído interno de los peces que les permiten la captación de sonido e intervienen en su equilibrio.
Los otolitos recuperados procedían de formaciones geológicas de entre 700 y 800 mil años de la isla de Rodas, en el Egeo.
Luego los midieron para estudiar cómo había cambiado el tamaño de los peces a lo largo de los períodos glaciares e interglaciares.
Según los autores del estudio, la morfología de estas estructuras es particular de cada especie de pez y su tamaño refleja directamente el del ejemplar del que proceden, por lo que se usan para saber cómo eran los peces del pasado.
Gracias al análisis de otolitos hemos descubierto que, durante los períodos interglaciares, con unos 4 grados Celsius más de lo habitual, los peces eran un 35 % más pequeños.
Lo mismo sucederá ahora por culpa del aumento de temperatura de los mares y océanos, ha augurado la autora principal del estudio, Konstantina Agiadi, de la Universidad de Viena.
Hasta ahora se han abordado las consecuencias del cambio climático en la parte más profunda de los océanos; específicamente de la zona mesopelágica, que va de los 200 a los mil metros de profundidad.
Conocer la respuesta de estos organismos al calentamiento oceánico es clave, ya que contribuyen a la estabilidad de los ecosistemas y reducen el dióxido de carbono atmosférico.