A 3 años y 17 días del asesinato de Fernando Báez Sosa, y en medio de una expectativa social, el Tribunal Oral en lo Criminal de la Ciudad de Dolores condenó este lunes 6 de febrero a la pena de prisión perpetua a cinco de los ocho rugbies acusado de matar a golpes a Báez en la madrugada del 18 de enero de 2020 en la localidad balnearia de Villa Gesell, mientras que los otros tres implicados fueron considerados participes secundarios por lo que fueron sentenciados a 15 años de cárcel.
Los condenados a cadena perpetua
Máximo Thomsen de 23 años
Ciro Petossi de 22 años
Enzo Comelli de 22 años
Matías Benicelli de 23 años
Luciano Pertossi de 21 años
Fueron coautores del delito de “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía en concurso ideal de lesiones leves”.
Sentenciados a 15 años de prisión
Blas Cinalli de 21 años
Ayrton Viollaz de 23 años
Lucas Pertossi de 23 años
Fueron considerados participes secundarios del mismo delito. Ya conocida la condena, la justicia decidido que los ocho rugbiers vuelan a Melchor Romero, a donde pasaron la mayor parte de estos últimos tres años.
En contexto
Conmoción causó en toda Argentina el brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven de 17 años que fue golpeado hasta la muerte por un grupo de 10 rugbistas, la madrugada del sábado 18 de enero de 2020, en Villa Gesell, una pequeña localidad costera situada a unos 300 kilómetros al sur de Buenos Aires.
La víctima estaba en una discoteca del lugar con su grupo de amigos del colegio secundario del barrio porteño de Caballito. A su lado, estaba el grupo de jóvenes, de entre 18 y 20 años y jugadores de rugby amateur del Club Náutico Arsenal de Zárate.
Un empujón, un pisotón, una bebida derramada. La verdad, nadie sabe explicar bien cómo empezó la discusión, pero los guardias de seguridad acabaron sacándolos del cuello de la discoteca y los dejaron en la calle para que solucionaron sus diferencias. Tras desperdigarse inicialmente, los rugbistas encontraron a Fernando comiendo un helado en un kiosco y la emprendieron contra él. Mientras algunos agresores le pegaban puñetazos y patadas en la acera, otros mantenían a raya a los acompañantes de la víctima para que no intervinieran. El muchacho quedó inconsciente y el grupo se marchó. El joven fue declarado muerto más tarde en el hospital, a causa de un traumatismo craneoencefálico.
Fiamma Pedroso, una joven de 17 años que trabaja en ese kiosco de Villa Gesell, le vendió el helado a Báez antes del ataque. Ahora la chica dio detalles de cómo se desencadenó la brutal golpiza que terminó con el asesinato del estudiante, que entraría este año a la facultad de Derecho.
“Fernando estaba comiendo un helado, salieron un montón de chicos corriendo y lo agarraron entre todos”, detalló Fiamma en declaraciones.
“Nadie se metió en la pelea, estaban todos grabando y se escuchaban muchos gritos. En un momento dijeron ‘matalo, vos podés'”, dijo en relación a los rugbistas que acabaron con la vida del joven. La chica también cuestionó la demora de la ambulancia, que “tardó más de media hora en llegar”.