La actriz se alzó con el premio de la Academia en 1999 por “Shakespeare enamorado”.
Los premios de la Academia no siempre responden a los favoritos del público y en ocasiones tampoco coinciden con la crítica especializada. Y esto provoca que haya sorpresas al momento de la entrega de los Oscar.
Así sucedió en 1999, cuando “Shakespeare enamorado” se convirtió en la gran ganadora de la noche, al alzarse con siete de las trece estatuillas a las que optaba. Entre ellas, mejor película, guion original, actriz de reparto para Judi Dench y actriz principal para Gwyneth Paltrow.
Sin embargo, no todo fueron buenos momentos para Paltrow tras llevarse a casa el galardón. En una entrevista para el podcast de Anna Faris, la intérprete recordó aquella experiencia y cómo la vivió.
“En Los Ángeles, todo el mundo me apoyó mucho”, aseguró, refiriéndose a la nominación y la posterior victoria: “Recuerdo ganar y sentir que el rumbo cambiaba. Tenía esta sensación que tienes cuando hay demasiada atención puesta en ti y mucha energía, fue muy, muy abrumador”, agregó.
“Recuerdo que me estaba quedando en casa de mis padres en Santa Mónica y me escondí allí durante tres semanas después”, afirmó. “Era muy intenso. Solitario es la palabra correcta, era muy raro”, añadió. En esa misma línea, dijo que “fue la época más rara y surrealista”.
“También estás como avergonzada de que te hayan nominado al Oscar, tienes el síndrome del impostor y piensas: ‘Ni siquiera puedo creer que esto esté pasando. No soy tan buena. ¿Me odia todo el mundo?”, reflexionó.
“Pensaba: ‘Bueno, por supuesto que no voy a ganar, pero está guay también”, recordó, refiriéndose a su nominación. De acuerdo a Entertainment Weekly, en diciembre, la actriz ya se refirió a que, a los 26 años, justo después de alzarse con el Oscar, se había dado cuenta de que no quería actuar para siempre.
Paltrow confesó que “parte del encanto de actuar se apagó debido al intenso escrutinio público” al que fue sometida cuando era una joven actriz en Hollywood. “Ser una niña que vive cada ruptura en cada titular, como ser criticada por todo lo que haces, dices y te pones”, dijo en esa ocasión. “Y es difícil echar raíces. Yo soy muy casera, me gusta estar con mis amigos, cocinar y aprovechar el máximo tiempo con mis hijos. No quiero estar sola en un hotel de Budapest durante seis semanas”.
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