El Domingo de Pascua en Sri Lanka se convirtió en un día de muerte y dolor, tras sufrir ocho ataques terroristas que dejaron casi 300 muertos y más de 500 heridos. Autoridades de ese país informaron que las primeras seis explosiones se reportaron la mañana del domingo en tres iglesias y tres hoteles, pero horas después se registraron otras dos en Dehiwala y Dematagoda, cerca de la capital. Derivado de éste hecho el gobierno ha impuesto un toque de queda.
El gobierno informó que también ha bloqueado el acceso a las principales redes sociales y aplicaciones de mensajería para evitar la propagación de información errónea y rumores.
Ministro: Sri Lanka no respondió a avisos de un ataque
Las autoridades de Sri Lanka no atendieron las advertencias de agencias de inteligencia sobre la amenaza de un grupo islámico radical al que las autoridades atribuyen los ataques del Domingo de Pascua, dijo este lunes el ministro de Salud del país.
Las explosiones coordinadas que golpearon iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka fueron obra de siete atacantes suicidas de un grupo armado esrilanqués llamado National Thowfeek Jamaath, indicó el ministro, Rajitha Senaratne.
Agencias internacionales de inteligencia habían alertado varias veces a partir del 4 de abril, dijo Senaratne. “El 9 de abril, el Ministerio de Defensa escribió al jefe de policía con información que incluía el nombre del grupo”, señaló. El 11 de abril, la policía escribió a los responsables de la división de seguridad judicial y diplomática.
El cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, afirmó que los ataques podrían haberse evitado.“Nos llevamos las manos a la cabeza cuando supimos que estas muertes podrían haberse evitado. ¿Por qué no se impidió esto?”, dijo.
Analizan restos de atacantes suicidas
El funcionario también explicó que todos los suicidas eran ciudadanos de Sri Lanka, aunque las autoridades sospechan que tenían conexiones con el extranjero. El análisis de los restos de los cuerpos de los agresores dejó claro que eran atacantes suicidas, indicó antes Ariyananda Welianga, investigador forense. La mayoría de los ataques fueron obra de una persona, salvo el hotel Shangri-La de Colombo, donde se inmolaron dos personas.
Las víctimas
La mayoría de los fallecidos eran esrilanqueses, aunque los tres hoteles atacados y una de las iglesias, el Santuario de San Antonio, eran frecuentados por turistas extranjeros. El ministro esrilanqués de Turismo dijo que 39 turistas habían muerto en los ataques y otros 28 habían resultado heridos.
John Amaratunga indicó que su ministerio y el de Exteriores trabajaban con las delegaciones diplomáticas en el país para “asegurar que las formalidades sobre las víctimas se resuelven lo más rápido posible”.
Estados Unidos dijo que había “varios” estadounidenses entre los muertos, mientras que Gran Bretaña, India, China, Japón y Portugal dijeron tener ciudadanos ente las víctimas.