Momentos de terror vivió el piloto de una aeronave que partió desde El Salvador hacía Guatemala y sus controles dejaron de funcionar. Gracias al oportuno trabajo del equipo del aeropuerto internacional La Aurora, se pudo evitar una tragedia.
El pasado 3 de mayo, el piloto Anton Shedlbauer, partió del aeropuerto Internacional de Ilopango, El Salvador con rumbo a Guatemala, sin imaginar a lo que se enfrentaba.
Despegué por instrumentos en El Salvador, pero me dí cuenta cuando hice la vuelta, que no funcionaba uno de los equipos, de ahí cancelé el vuelo de instrumentos y fue un desastre. Fue verdaderamente terrible, pensé que podía chocar en cualquier momento por la baja altura que tenía acercándome a la ciudad de Guatemala. Anton Shedlbauer / Pilloto de avión
Las lluvias y el mal tiempo, le hizo una mala jugada, provocando la pérdida de comunicación con la torre de control. La pronta acción del equipo de controlador aéreo evitó una tragedia, aunque redireccionarlo tomó más de una hora y afortunadamente lograron aterrizar satisfactoriamente.
Yo le indiqué al de la torre que yo estaba viendo la aeronave en el radar y que me lo transfiriera, que yo lo guiaría hacía el aerodromo.
Mi sorpresa fue cuando él contacto me dijo que él no podía ni virar, ni ascender ni descender la aeronave.
De inmediato pregunté si tenía contacto visual con el terreno y me dijo NEGATIVO, entonces le dije que ascendiera de inmediato, por lo menos a 8 mil pies a lo que él respondió que no podía.
Le pedí que virara con un rumbo y me aseguró que tampoco podía, fue entonces cuando deduje que él tenía una falla del giro direccional y tenía fallas en su panel de control.
Básicamente la forma de trabajar cuando las aeronaves pierden el giro, es dandóle viraje ya sea derecha o izquierda y luego interrumpen el mismo o paran el viraje para poder redireccionar hacía el aerodromo. Hugo Andrade / Controlador Aéreo de AILA
al respecto, autoridades de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), aplauden la acción de controladores y de la paciencia que tuvo Shedlbauer.
Podemos imaginar lo que vivía el piloto, quien tiene mucha experiencia, sin embargo a través de una falla eléctrica en la aeronave, pierde la orientación y comunicación. La torre hizo esfuerzos para comunicarse y reestablecer contacto con él. Vemos que en realidad el controlador, a quien felicitamos, se conecta con el piloto y a través de la tormenta lo trae a salvo y logran aterrizar en el Aeropuerto Internacional La Aurora. Francis Argueta / Director de DGAC
Por su parte el subdirector de Aeronaútica Civil resalta que los casos documentados en la pantalla grande, no muestran una realidad acertada si se compara con la impredecible vida real.
Yo siento que las películas se quedan atrás, comparadas con los casos reales, porque en la realidad todo es improvisado y hay que actuar de inmediato, mientras que en la pantalla grande todo va programado y bien planificado. Aquí se pone de manifiesto la pericia y el temple de cada uno de los personajes que protagonizan esta obra de la vida real. José Emilio Berthet / Sub Director de DGAC