Hay fisuras en las carreteras y grandes agujeros en el interior, sus fauces visibles desde el aire, reflejo de algo que las autoridades ya admiten abiertamente: Los alrededores de Teherán se están hundiendo.
Una sequía que lleva 30 años y el excesivo bombeo de agua subterránea han resecado estas tierras y generado su hundimiento. El fenómeno es visible para los satélites y para cualquiera que camina por esos lugares. Las autoridades dicen que la subsidencia (hundimiento de la tierra) plantea un serio peligro para el país, donde las protestas en torno a la escasez de agua han derivado en episodios de violencia.
“La subsidencia es un fenómeno destructivo”, expresó Siavash Arabi, del departamento de cartografías de Irán. “Su impacto no se siente de inmediato, como el de un terremoto, pero puede provocar cambios graduales destructivos”.
Mencionó “la destrucción de las tierras de cultivos, las fisuras en la superficie de la tierra, los daños en áreas urbanas, los sistemas de desagüe, fisuras en las carreteras y daños en las cañerías de agua y gas natural”.
Teherán, que se encuentra 1.200 metros (3.900 pies) sobre el nivel del mar, en un altiplano de los Montes Elburz, ha crecido rápidamente en los últimos 100 años y es hoy una pujante ciudad de 13 millones de habitantes en su zona metropolitana.
Toda esa gente consume enormes cantidades de agua en una meseta semiárida, en un país donde cayeron apenas 171 milímetros (6.7 pulgadas) de agua de lluvia el año pasado. La dependencia de los acuíferos subterráneos hace que se bombee cada vez más agua salada.
“La superficie contiene agua y aire. Cuando bombeas agua de capas subterráneas, quedan espacios vacíos”, dijo Arabi a The Associated Press. “Gradualmente, la presión de arriba hace que se peguen partículas de tierra, lo que produce el hundimiento de terrenos y el surgimiento de fisuras”.
Ha habido poca lluvia y nieve que llenen los acuíferos. En la última década Irán ha sufrido la sequía más intensa y prolongada en más de 30 años, de acuerdo con la Organización para los Alimentos y la Agricultura de las Naciones Unidas. Se calcula que el 97% del país ha sufrido sequías de distinto grado, de acuerdo con la Organización Meteorológica de Irán.