Una semana transcurrió desde el devastador terremoto que dejó miles de muertos en Turquía y Siria; y los rescatistas continúan buscando sobrevivientes, o cuerpos sin vida entre los escombros. De acuerdo con los últimos reportes, la cifra de muertos ya superó los 35 mil y podría incrementar.
Por otro lado, los miles de sobrevivientes se preguntan por su futuro; algunos aún con la esperanza de encontrar a sus seres queridos. Aunque muchos han sido evacuados de la región devastada, otros permanecían en casas maltrechas mientras continuaba la búsqueda.
Los equipos de rescate sacaron el lunes a una mujer con vida de entre los escombros 174 horas después del primer sismo, aunque los reportes de rescates se volvían cada vez menos frecuentes conforme se alcanzaba el tiempo límite que puede sobrevivir el cuerpo humano sin agua, especialmente en temperaturas bajo cero; y así se van conociendo las increíbles historias de supervivencia.
Futuro incierto
Una semana después de los sismos, muchas personas seguían en la calle sin cobijo. Algunos sobrevivientes aún esperaban ante edificios derruidos a que se recuperaran los cuerpos de sus seres queridos.
En el poblado de Polat, en la provincia de Malatya, a unos 100 kilómetros (62 millas) del epicentro, apenas quedaban casas en pie. Los vecinos trataban de salvar refrigeradores, lavadoras y otros objetos de casas destrozadas.
Zehra Kurukafa, que vive en el pueblo, dijo que no habían llegado carpas suficientes y hasta cuatro familias tenían que compartir las que estaban disponibles.
“Dormimos en el barro, todos juntos con dos, tres, incluso cuatro familias. No hay carpas suficientes”, dijo.
En la ciudad de Adiyaman, Musa Bozkurt, de 25 años, esperaba a un vehículo que le llevara con otras personas a la ciudad de Afyon, en el oeste de Turquía.
“Nos vamos, pero no tenemos ni idea de lo que ocurrirá cuando lleguemos allí”, dijo Bozkurt. “No tenemos objetivo. Incluso si hubiera (un plan), ¿de qué valdría después de esto? Ya no tengo a mi padre ni a mi tío. ¿Qué me queda?”.
Pese a la destrucción, Fuat Ekinci, un campesino de 55 años, tenía reparos a dejar su casa en una zona rural de Adiyaman para ir a Afyon. No tenía los medios de vivir en otro lugar y sus campos requerían atención, explicó.
“Los que tienen los medios se marchan, pero nosotros somos pobres”, dijo. “El gobierno dice, váyase y viva allí un mes o dos. ¿Cómo dejo mi hogar? Mis campos están aquí, este es mi hogar, ¿cómo lo dejo atrás?”.
¿Existen culpables?
Muchos en Turquía atribuyeron la devastación generalizada a la construcción defectuosa en Turquía, y las autoridades empiezan a señalar a contratistas supuestamente asociados con edificios que se derrumbaron. De hecho, al menos 131 personas estaban siendo investigadas por su supuesta responsabilidad en la construcción de edificios que no habían soportado los terremotos, según las autoridades.
Turquía ha introducido normas de construcción que cumplen los estándares de ingeniería antisísmica, pero según los expertos esas normas no suelen aplicarse.
Esperan por la ayuda internacional
En Siria, el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, dijo que la comunidad internacional no ha prestado ayuda.
Los sirios “esperan ayuda internacional que no ha llegado”, afirmó el domingo durante una visita a la frontera entre Turquía y Siria.
“Por ahora hemos fallado a la gente en el noroeste de Siria. Tienen razón al sentirse abandonados”, añadió Griffiths. “Mi deber y nuestra obligación es corregir ese fallo tan rápido como podamos”.
En la capital siria, Damasco, el jefe de la Organización Mundial de la Salud advirtió que las penurias se extenderían en el futuro y describió el desastre como una “tragedia en desarrollo que afecta a millones”.
“Las crisis combinadas del conflicto, el COVID, el cólera, el declive económico y ahora el sismo se han cobrado un coste insoportable”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud de la ONU, ente que estima que las víctimas llegarán a los 60 mil.