Un grupo de aproximadamente 15 personas se reúnen cada mes para realizar un Water Drop, una actividad que consiste en adentrarse en el desierto de Arizona y dejar agua en lugares estratégicos en donde se sabe que es el paso obligatorio de migrantes.
Pero además del agua, estos voluntarios dejan mensajes escritos en las botellas, mensajes de aliento, fe y esperanza para alentar a estos grupos que migran en busca de un futuro que en sus países no pueden encontrar.
Quiénes son estos voluntarios
Se trata de miembros de la fundación Border Angels (Ángeles de la Frontera), acompañados de voluntarios que regalan un poco de su tiempo para ayudar a los migrantes.
Esta organización sin fines de lucro fundada en 1986 por Enrique Morones está formada por voluntarios extraordinarios que desean evitar muertes de personas que viajan a través de las áreas desérticas del desierto de Arizona y las áreas montañosas que rodean el Condado de San Diego, así como las ubicadas alrededor de los Estados Unidos y la frontera con México.
El alto porcentaje de muertes innecesarias ha sido resultado de condiciones extremas de calor y frío, además, lamentablemente, algunos han sido resultado de crímenes de discriminación racial.