Cuando llegó al poder tras su inesperada elección presidencial en 1990, Alberto Fujimori se encontró con un Perú abrumado por la hiperinflación y la cruenta guerrilla maoísta de Sendero Luminoso.
De origen japonés, pero conocido popularmente como ‘el chino’, Fujimori -fallecido el miércoles 11 de septiembre de 2024, a los 86 años- delineó entonces un gobierno que marcó entre aciertos económicos y un estilo autoritario el final del siglo XX, según coinciden analistas.
Durante sus diez años de mandato, cerró el Congreso, modificó la Constitución, firmó la paz con Ecuador, fue reelegido dos veces y derrotó a sangre y fuego a la ultraizquierda en armas.
Y según la justicia, que lo envió a prisión, violó los derechos humanos en la llamada “guerra contra el terrorismo”.
‘El outsider’
Alberto Kenya Fujimori era un completo desconocido hasta 1990. Ese año, contra todo pronóstico, venció al archifavorito escritor Mario Vargas Llosa.
Ingeniero agrónomo y matemático formado en Estados Unidos y Francia, hizo campaña en un tractor y vestido de samurai con un discurso de centro izquierda prometiendo “honradez, tecnología, trabajo”.
Al romper con la clase política, se convirtió en uno de los primeros presidentes ‘outsiders’ en una región marcada hasta entonces por un régimen de partidos.
Fue “una las figuras más importantes” de las últimas tres décadas tras “el quiebre de los partidos” y su ascenso por fuera de ellos, dijo a la AFP el analista político Augusto Alvarez.
Según el experto, el exmandatario reperfiló la política peruana “en un sistema casi bipartidista de fujimorismo contra antifujimorismo”, que se extendió hasta su muerte.
Autogolpe y guerra sucia
En el poder, disolvió el Congreso en 1992, se alió con los militares y cooptó las instituciones para luego convocar una Constituyente que hizo una carta magna a su medida y le abrió las puertas para una reelección por entonces prohibida.
El “autogolpe” obtuvo amplio respaldo popular. Recibió carta libre para convertir la economía peruana en una de las más abiertas de la región impulsando privatizaciones y dio luz verde para reprimir a la guerrilla.
Los “excesos” de los militares contra las guerrillas se tradujeron en acciones de “tierra arrasada”, donde campesinos o estudiantes inocentes fueron asesinados por patrullas alegando que protegían a las rebeldes.
Las matanzas de Barrios Altos (1991) y la universidad La Cantuta (1992), donde un escuadrón del ejército mató en total a 25 civiles -un niño entre ellos- le valieron una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad como el secuestro, tortura, desaparición forzada y homicidio.
En diciembre recobró la libertad bajo el amparo de un indulto humanitario, que fue criticado por la justicia interamericana.
El conflicto interno o “guerra contra el terrorismo” -como se denominó oficialmente- dejó más de 69 mil muertos y 21 mil desaparecidos en el período 1980-2000, la gran mayoría civiles, según una comisión de la verdad.
Fines sobre medios
Fujimori era reconocido como el presidente que “arregló” la economía peruana, sumergida en una hiperfinflación superior en 1990 a 7 mil por ciento, sin reservas y con una abultadísima deuda externa.
“Recibimos un país quebrado, inviable, lo hicimos viable”, dijo al canal N de televisión el empresario Máximo San Román, vicepresidente de Fujimori entre 1990-1992 antes de distanciarse de él por disolver el Congreso.
“Derrotó al terrorismo de Sendero Luminoso, venció a la hiperinflación” y fue autor “de la gran reforma económica, de la cual el Perú sigue viviendo” mediante un modelo liberal, resaltó Alvarez.
Durante su segundo mandato se produjo la toma de la residencia del embajador de Japón en Lima por parte del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Después de 122 días de crisis, Fujimori ordenó que las fuerzas de seguridad ingresaran a la sede diplomática.
La espectacular operación se saldó con 71 personas liberadas y la muerte de los 14 asaltantes, un rehén y dos militares.
La paz con Ecuador
Fujimori zanjó uno de los pocos conflictos bélicos por temas limítrofes que la región heredó de la era colonial española, al lograr un acuerdo que cerró más de un siglo de discordia entre Lima y Quito.
“La paz con Ecuador es sin duda uno de sus logros claves. Ese conflicto era el de mayor duración entre países latinoamericanos, no tenía final zanjado y activaba nacionalismos en cada país”, señaló a la AFP el analista político José Carlos Requena.
“La dinámica binacional cambió con la paz, desaparecieron las tensiones entre Perú y Ecuador”, agregó.
La paz se firmó en 1998, en Brasilia, y cerró una larga etapa de enfrentamientos armados, el último de ellos en 1995.
Con información de la agencia de noticias: AFP