Antes de iniciar una reunión climática virtual el martes con funcionarios de 30 países, la ministra alemana de Medio Ambiente, Svenja Schulze, dijo que los dos años anteriores de tiempo seco, combinados con temperaturas más altas en general, muestran la necesidad de actuar.
“Podemos ver que los últimos dos veranos fueron extremadamente secos, lo que ya está causando problemas enormes para nuestra agricultura y silvicultura”, afirmó. “Es por eso que tenemos que adaptarnos a los cambios que ya no podemos evitar, y debemos asegurarnos de que no empeore… Realmente debemos impulsar medidas de protección climática ahora”.
Las reservas de agua ya están en niveles bajos y, si no hay lluvias fuertes en las próximas dos o tres semanas, podrían producirse grandes pérdidas de cosechas, advirtió Mojib Latif, meteorólogo del Centro Helmholtz de Investigación Oceánica, en Kiel.
“Los últimos dos años fueron extraordinariamente secos”, dijo al periódico Rhein-Neckar Zeitung. “El suelo necesita lluvia”.
La sequía de 2018 causó daños graves a los agricultores, que tuvieron una cosecha tan pobre que el gobierno alemán tuvo que brindarles cientos de millones de euros en ayuda. Al mismo tiempo, los ríos y lagos alcanzaron mínimos récord, causando trastornos ambientales y afectando a los negocios que transportan agua potable.
El año pasado también fue excepcionalmente seco y causó daños generalizados a los bosques del país. Las advertencias de incendios forestales ya están en su segundo nivel más alto este año, dijo Ulrike Hoefken, ministra de medio ambiente y bosques del estado de Renania-Palatinado, citada por la agencia de noticias dpa.
“Una tercera sequía consecutiva este verano sería catastrófica”, aseguró.
Casi no ha llovido desde el 14 de marzo, dijo el especialista del Servicio Meteorológico Alemán Andreas Friedrich. Dijo que es demasiado pronto para saber si la precipitación esperada a finales de esta semana será suficiente para aliviar la situación.