Gran parte de las ciudades de Bolivia amanecieron el martes con avenidas y calles bloqueadas por vehículos por un paro del transporte público que demanda al gobierno un diferimiento en el pago de créditos bancarios debido a la crisis generada por la pandemia.
Es la primera protesta que afronta el presidente Luis Arce desde que asumió a principios de noviembre.
Varias carreteras principales también estaban cortadas. No obstante, las actividades comerciales, administrativas y financieras se desarrollaban con normalidad.
Una norma excepcional aprobó el año pasado el diferimiento hasta diciembre de los pagos de créditos con la banca debido a la paralización de actividades económicas por causa de la pandemia. El presidente Arce amplió el beneficio por cuatro meses hasta abril de este año para que los prestatarios sólo paguen intereses, pero los transportistas demandan una pausa total de seis meses.
“El transporte no ha podido reactivarse desde la cuarentena. No hay dinero para pagar las deudas. Con el rebrote hay mayor incertidumbre y los bancos no entienden esas razones y el gobierno tampoco”, dijo Ismael Fernández, dirigente del gremio de transportistas.
Por su parte, el ministro de Economía, Marcelo Montero, sostuvo que “si no se normaliza la cultura de pago los bancos tendrán dificultades para sobrevivir y tampoco habrá reactivación económica porque ese mismo dinero se inyecta en la economía y los bancos son el vehículo”.
Otros sectores como los microempresarios también están reclamando similares beneficios.
Los bancos dejaron de percibir al menos 4.000 millones de dólares debido al diferimiento de pagos hasta diciembre, dijo Nelson Villalobos, secretario de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia. “Un diferimiento mayor será un golpe más para al sistema financiero”.
La pandemia del nuevo coronavirus y la crisis política anterior a la asunción de Arce profundizaron la crisis económica que ya arrastraba el país. La Comisión Económica para América Latina y el caribe (Cepal) pronosticó que Bolivia cerrará 2020 con una caída del Producto Interno Bruto de 8%, pero a la vez proyectó una recuperación del 5% para 2021.