Mas de doscientas familias hondureñas con bebés, niños y ancianos se acercaron a la Casa del Migrante, ubicada en zona 1 capitalina, con la esperanza de encontrar un espacio cálido y alimentación. Tal y como lo han dado a conocer encargados de este centro de abrigo, la demanda desbordó la capacidad para poder cumplir las solicitudes de auxilio que pedían integrantes de la caravana. Las bajas temperaturas que en horas de la madrugada descendieron hasta 10 grados centigrados, afectaron a muchos, principalmente a niños y adultos mayores. Algunos menores tuvieron que ser atendidos por médicos voluntarios.
Sin embargo a pesar de no contar con espacio e insumos suficientes, este centro gestionó apoyo con almas caritativas que se sumaron para apoyar a la causa, con donación de víveres e incluso dieron espacios en donde pasaron la noche algunas personas, principalmente aquellos que contaban con niños menores de 5 años. Iglesias del sector se sumaron y abrieron sus puertas a decenas de migrantes.
Algunos por la situación y ante la falta de recursos económicos, optaron por pernoctar en los alrededores de la Casa del Migrante, lo que generó que algunas personas se acercaran a donarles suéteres y frazadas.
Al ser consultados, algunos padres, destacan que es lamentable las precariedades a las que deben enfrentarse ante la falta de oportunidades que hay en Honduras, ya que no hay empleo y no tienen recursos, ni siquiera para tramitar papelería que les solicitan en algunas plazas, situación por la que continuarán su travesía, ya que tienen fe que llegarán a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades para ellos y sus hijos.