La crisis mundial de salud está dando un giro político desagradable, al agravarse las tensiones entre las órdenes de confinamiento de los gobiernos para mantener a raya al nuevo coronavirus y las personas que anhelan reactivar las economías estancadas y evitar una debacle laboral.
Manifestantes preocupados por su sustento y opuestos a las restricciones a su libertad salieron a las calles en distintos lugares de Estados Unidos.
Algunos países ya están relajando los confinamientos, pero la mayor parte del mundo sigue insistiendo en que es demasiado pronto para tomar medidas más agresivas.
En EE. UU. ya hay evidencia clara de la creciente presión. El gobierno de Donald Trump dice que partes de esa nación ya están listas para comenzar un retorno gradual a la normalidad. Sin embargo, algunos gobiernos estatales consideran que su respuesta a la pandemia está obstaculizada por una respuesta federal inadecuada.
En contexto
Los confinamientos, que comenzaron en China a finales de enero y se propagaron a Europa, Estados Unidos y a otras partes del orbe, han paralizado la economía, así como las actividades sociales, culturales y religiosas, colocando al mundo en su crisis económica más grave desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Decenas de millones de trabajadores han perdido sus empleos, y millones más temen ser los siguientes.
Con el arco de infecciones diferente en cada país, las propuestas han diferido para enfrentar al virus, que ha provocado más de 163 mil muertes en todo el mundo.
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Relajan medidas
Las restricciones han comenzado a disminuir en algunos lugares, incluida Alemania, que todavía aplica las reglas de distanciamiento social, pero el lunes tenía la intención de comenzar a permitir la reapertura de tiendas pequeñas, como las que venden muebles y artículos para bebés.
Después de seis semanas de estar encerrados en sus casas, las autoridades españolas dijeron que los niños tendrán permitido abandonar sus hogares a partir del 27 de abril.
El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía mundial se contraerá 3 por ciento este año, una caída mucho mayor al 0.1 por ciento registrado en 2009, tras la crisis financiera global.
Aun así, muchos gobiernos están resistiendo a las presiones para relajar drásticamente las medidas de aislamiento.
No debemos bajar la guardia hasta que se recupere el último paciente confirmado”, expresó este domingo el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in.
Por su parte, las autoridades de Gran Bretaña reconocieron que no están listas para relajar los esfuerzos para frenar la propagación del virus, los cuales estarán vigentes hasta el 7 de mayo.
Entretanto, en Francia se instó al público a apegarse a las medidas de distanciamiento social que se han extendido por lo menos hasta el 11 de mayo.
Por AP