Bomberos en las colinas de las Montañas Rocosas de Nuevo México se preparaban el lunes para excavar nuevos cortafuegos y retirar la maleza, a fin de crear más líneas defensivas para evitar que un enorme incendio forestal destruya más casas y bosques de pinos secos .
El incendio, que es el mayor de Estados Unidos, ha consumido unas 300 casas y saltó una carretera a última hora del domingo —tomando fuerza en zonas escarpadas de difícil acceso para los bomberos y provocando una advertencia de las autoridades para que más residentes de aldeas rurales se preparan para huir rápidamente.
Otro incendio forestal en Nuevo México, en las montañas que rodean una de las instalaciones clave del gobierno federal para la investigación nuclear, hizo que el Laboratorio Nacional de Los Álamos y las autoridades de la comunidad se prepararan para posibles evacuaciones. Las autoridades subrayaron que no había ninguna emergencia, pero que las llamas se encontraron a unos 4,8 kilómetros (tres millas) del laboratorio y estaban creciendo.
“Si no tienen que estar en el trabajo, es hora de preparar para trabajar remotamente”, dijo el director del laboratorio, Thom Mason, a los empleados en un video. “Las condiciones pueden cambiar rápidamente, ha sido muy seco, muy ventoso, y tenemos que ser respetuosos ante ese riesgo y estar preparado para lo que venga”.
El lunes no cesaron las ráfagas de viento que habían complicado el combate contra el fuego en días anteriores. El viento ha avivado los incendios de Nuevo México durante semanas, con sólo breves interrupciones y la más reciente ola de días consecutivos de condiciones extremadamente peligrosas para los incendios forestales no tiene antecedentes, dijeron los meteorólogos.