La alianza rebelde siria liderada por islamistas anunció en televisión la toma de Damasco en una ofensiva relámpago y la caída del régimen del presidente Bashar al Asad, quien huyó del país.
El derrocado dictador sirio encontró refugio en la capital rusa. Hasta el último día, Vladimir Putin utilizó su alianza con Bashar Al Assad para expandir la influencia rusa en Oriente Medio. El Kremlin continúa apoyando al presidente sirio, Bashar al Asad, después de que una coalición de grupos rebeldes dominada por islamistas tomara el control de Alepo, la segunda ciudad más importante del país.
El domingo 8 de diciembre, sirios en diversas ciudades del mundo, como Atenas, Madrid, París y Londres, celebraron el fin de décadas de gobierno de la familia Assad en Siria.
La celebración continúa así como otras acciones, entre estas el saqueo de la Embajada de Irán en Damasco, según informó la televisión estatal iraní, después de que rebeldes sirios anunciaran que derrocaron al presidente Bashar al Asad, aliado de Teherán.
Los diplomáticos salieron de la legación antes del asalto, según el diario Tehran Times.
Con información de AFP**