No hay una definición oficial de “ciudad santuario”, pero a menudo significa que una ciudad coopera poco —o no lo hace— con las autoridades federales de inmigración en cuanto a la persecución de personas que viven en Estados Unidos sin autorización.
Florida no tiene “ciudades santuario” como otros estados. El proyecto de ley, impulsado por el representante republicano Cord Byrd, prohibiría esas políticas y obligaría a las agencias policiales locales a acatar las solicitudes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) de que mantengan detenida a alguna persona para deportarla.
La Unión Americana de Libertades Civiles recomendó a los inmigrantes no venir a Florida ante el riesgo de que sean detenidos, y hubo protestas en el estado en contra de la medida. Los demócratas no lograron suavizar la iniciativa o incluirle excepciones, y acusaron a los republicanos que impulsaron la medida de perseguir a los inmigrantes para sacar provecho político en momentos que el presidente Donald Trump ha convertido el combate a la inmigración en parte central de su gobierno.
Muchos demócratas, como la representante Dotie Joseph, citaron pasajes de la Biblia sobre cómo tratar a los extranjeros y dar la bienvenida a los inmigrantes.
Sin embargo, los republicanos rechazaron las críticas de que la medida sea antiinmigrante y xenófoba.
Además de obligar a la cooperación con las autoridades federales, la medida permitiría suspender o destituir a los funcionarios locales que autoricen políticas santuario, e imponerles multas de hasta 5.000 dólares diarios.
Una propuesta similar fue aprobada el año pasado en la Cámara de Representantes, pero la versión del Senado no fue sometida a votación. La medida al parecer tiene este año el impulso suficiente para conseguir la aprobación final en ambas cámaras.