En Argentina se relajaban un poco las medidas de cuarentena y Bolivia sopesaba hacer lo propio probablemente los próximos días.
En la capital chilena, varias decenas de personas, sin superar las 50 máximas permitidas en espacios públicos y ataviadas acordes a los tiempos de coronavirus —con uniformes de plástico blancos, con gafas, mascarillas y manteniendo la distancia social entre ellos— se congregaron en la céntrica Plaza Italia, punto neurálgico de las manifestaciones sociales generadas desde octubre, para mostrar su rechazo al gobierno y a sus medidas durante la pandemia.
Bajo la consigna “Sanitizar, organizar, otra forma de luchar” y portando una gran pancarta en que se leía “Nos queremos que nos quieran, queremos que sepan cuánto lks queremos”, uno de los voceros afirmó a medios locales que se reunirán todos los lunes y viernes siguiendo las reglas impuestas en el país por las medidas sanitarias como una forma de continuar la lucha iniciada el 18 de octubre cuando se produjo un estallido social para reclamar una mayor igualdad de la sociedad chilena.
Los manifestantes también solicitaron la renuncia del ministro de Salud, Jaime Mañalich, al tiempo en que exigieron al gobierno transparencia en sus reportes de contagiados.
Los actos en las calles se producen el día en que se había programado inicialmente un histórico plebiscito en el que los chilenos debían decidir si cambiar o no la Carta Magna de los tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). La consulta se postergó para el 25 de octubre debido a la crisis sanitaria.
En las redes sociales la fecha fue recordada por muchos chilenos que convertían las opciones #Apruebo #Rechazo #ConvenciónConstitucional —una de las dos opciones para diseñar una nueva Constitución— y #26abril en trending topic en el país.
La manifestación del domingo se dispersó pacíficamente cuando al llegar la prensa se superó la cincuentena de personas permitidas. Esta se sumó a actos de violencia que se registraron la noche del sábado cuando se montaron barricadas en el barrio de Peñalolén, en el este de Santiago, y a las ocurridas el viernes en otro barrio tradicionalmente combativo, Villa Francia, en que también se registraron barricadas y se quemó un bus de la red de transporte Transantiago, incidentes violentos que no ocurrían desde hace varias semanas.
También el lunes se produjeron congregaciones de decenas de personas en Plaza Italia para mostrar su rechazo a la medida del gobierno de solicitar la vuelta al trabajo de forma presencial de los funcionarios públicos, que volvió a ser rechazada el domingo por organizaciones sindicales y de la oposición.
Los llamados gubernamentales a adoptar un “plan de retorno seguro”, según anunció el presidente Sebastián Piñera el viernes, parecen no terminar de convencer a la ciudadanía por el momento en Chile, que registraba hasta el domingo 13,331 casos y 189 muertos por la enfermedad.
Chile presenta uno de los índices de mortalidad por la COVID-19 más bajos de la región, según las autoridades.