El Ministerio chino de Exteriores respondió a los comentarios del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que dijo haber mantenido conversaciones con expertos chinos sobre la necesidad de cambiar a una nueva estrategia ahora que se sabe más sobre el virus.
“Cuando hablamos de ‘cero COVID’, no creo que eso sea sostenible, dado el comportamiento del virus ahora y lo que esperamos en el futuro”, dijo Tedros el martes en una conferencia de prensa.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Exteriores, dijo en su conferencia de prensa diaria que “esperamos que personas relevantes puedan ver la política china de prevención y control epidémico de forma objetiva y racional, conozcan más sobre los hechos y eviten comentarios irresponsables”.
“La política de prevención y control epidémico del gobierno chino puede aguantar la prueba de la historia, y nuestras medidas de control y prevención son científicas y efectivas”, agregó Zhao, que describió China como “uno de los países más exitosos del mundo” en el control de la epidemia.
Antes el miércoles, el subdirector del Centro de Shanghái de Control de Enfermedades, Wu Huanyu, defendió la estrategia de “cero COVID” para eliminar un brote ya en retroceso. Dijo a la prensa que aunque se habían hecho progresos, cualquier levantamiento de las medidas de control podría permitir un repunte.
“Al mismo tiempo, este es el momento más difícil y crítico para que nuestra ciudad llegue a cero COVID”, dijo.
Wu no hizo mención a los comentarios de Tedros.
El jefe de la OMS ofreció su conferencia con Mike Ryan, jefe de emergencias de la organización, que dijo que todas las medidas de control pandémico deben “mostrar el respeto debido a los derechos humanos e individuales”.
Los países, dijo Ryan, deben “equilibrar las medidas de control, el impacto en la sociedad, el impacto en la economía. No siempre es un cálculo fácil de hacer”.
El incidente fue una muestra inusual de tensión entre China y la OMS, acusada de sucumbir a la presión china para evitar críticas y preguntas incómodas sobre el origen del virus, detectado por primera vez en la ciudad central china de Wuhan a finales de 2019.
El Partido Comunista que gobierna China ha controlado con firmeza toda la conversación sobre su controvertida estrategia, que pretende erradicar por completo los brotes, y dijo que no toleraría las críticas. Los medios, totalmente controlados por el estado, no reportaron los comentarios de Tedros y Ryan y las referencias a sus declaraciones en la internet china parecían haber sido eliminadas por censores.
La inmisericorde ya menudo caótica aplicación de las políticas de cero COVID han provocado un resentimiento considerable en Shanghái, donde algunos vecinos llevan más de un mes confinados. Para el miércoles, más de dos millones de personas de la ciudad siguieron confinadas a sus complejos residenciales, mientras que la mayoría de los otros 23 millones de personas han visto ligeramente relajadas las restricciones.
Sin embargo, la reapertura pareció detenerse a pesar de que las cifras de casos nuevos siguieron bajando en la ciudad que alberga el puerto de más actividad del país, la principal bolsa y millas de firmas chinas y extranjeras.
Además del coste humano, mantenga la línea de cero COVID mientras otros países relajan restricciones y tratan de vivir con el virus se está cobrando un coste económico.
Pero el partido que lidera Xi Jinping no muestra intención de recalcular, dentro de sus esfuerzos por garantizar la estabilidad y asegurar su autoridad antes de un importante congreso del partido este otoño.